InicioActualidadFacultadesNarrativas de Inclusión: Un relato de resiliencia y esperanza para los estudiantes foráneos de primera generación

Narrativas de Inclusión: Un relato de resiliencia y esperanza para los estudiantes foráneos de primera generación

La Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia continúa con su labor de visibilizar y apoyar a los estudiantes de primera generación (EPG), esta vez enfocándose en un grupo de jóvenes cuyo recorrido universitario está marcado no solo por su origen rural, sino también por la experiencia de ser foráneos en la gran ciudad. En esta segunda entrega de microrrelatos, el proyecto de investigación «Desigualdad social y educación superior en los estudiantes universitarios de primera generación: acciones afirmativas e incidencia en su experiencia universitaria», liderado por Melissa Osorio Montoya, Lina María Saldarriaga E., y Ricardo León Sánchez, aborda las historias de estudiantes que, provenientes de diversas subregiones de Antioquia, llegan a Medellín con la esperanza de mejorar su futuro a través de la educación.

Estos jóvenes, quienes son los primeros en sus familias en acceder a la educación superior, enfrentan múltiples desafíos. Entre ellos, el choque cultural y social al llegar a la ciudad, la presión económica, y el anhelo de cumplir con las expectativas familiares. No obstante, en medio de estas dificultades, surge una constante: el deseo ferviente de superación y la convicción de que la educación es el camino para romper las cadenas de la pobreza.

De dónde vengo yo…

Las voces de estos jóvenes narran su origen con orgullo y nostalgia. Desde Maceo, en el Magdalena Medio, pasando por Giraldo, en el occidente antioqueño, hasta Vegachí en el Nordeste, y Arboletes en el Urabá Antioqueño, sus historias nos hablan de pueblos pequeños, donde las oportunidades son escasas, pero los sueños son inmensos. La decisión de migrar a Medellín para continuar sus estudios no es fácil; sin embargo, la educación es vista por sus familias como la única vía para un futuro mejor.

«Yo no quiero seguir el mismo ritmo de vida que llevan la mayoría de personas de mi pueblo… yo dije: yo no quiero seguir ese camino», expresa una joven universitaria, reflejando el deseo de muchas de ellas de escapar de las limitaciones impuestas por sus contextos rurales y machistas.

El desafío de las transiciones: Del campo a la ciudad

El proceso de adaptación a la vida universitaria en la ciudad es complejo. Para estos estudiantes foráneos, las transiciones escolares y socioculturales son especialmente duras. Desde la dificultad para encontrar amigos, hasta el impacto económico de vivir en Medellín, cada día es un reto. «Yo salí de 17 años… salir del pueblo cuando casi nunca había venido aquí a Medellín a vivir solo, entonces eso es complicado», confiesa uno de ellos.

A pesar de estas dificultades, estos jóvenes no se rinden. Reconocen la importancia de su presencia en la universidad no solo para ellos mismos, sino también para sus comunidades, donde se han convertido en modelos a seguir. «Dicen que ‘si ella pudo, usted también puede'», comenta una estudiante, resumiendo el impacto que su esfuerzo tiene en otros jóvenes de su pueblo.

El futuro en sus manos

Para los estudiantes foráneos de primera generación, la universidad es mucho más que un espacio de formación académica. Es el lugar donde construyen su futuro, donde aspiran a lograr la independencia económica y la autonomía personal. «El objetivo es mejorar la ocupación, la remuneración y tener autonomía financiera», afirman.

En la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia, estos jóvenes encuentran un lugar que no solo les ofrece formación académica, sino también apoyo y reconocimiento. Sus historias nos invitan a reflexionar sobre la importancia de la inclusión y la equidad en la educación superior, y nos recuerdan que detrás de cada estudiante hay una historia de lucha, resiliencia y esperanza.

Invitación a la comunidad universitaria

Te invitamos a conocer más sobre estas inspiradoras historias y a reflexionar sobre el papel que cada uno de nosotros puede jugar en la construcción de una universidad más inclusiva. Los microrrelatos de estos jóvenes rurales y foráneos son un testimonio de que, con esfuerzo y apoyo, es posible superar las barreras y alcanzar los sueños.