InicioInvestigaciónGrupo de Investigación: Ambiente, hábitat y sostenibilidadGestión Comunitaria de Riesgos, en el barrio El Pacífico (Comuna 8)

GESTIÓN COMUNITARIA DE RIESGOS, EN EL BARRIO EL PACÍFICO (COMUNA 8)


El proyecto de investigación Gestión Comunitaria del Riesgo en el barrio El Pacífico aportó al empoderamiento de las comunidades barriales mediante la planeación participativa. Allí, confluyeron en un acuerdo de cooperación y asesoría la Junta de Acción Comunal del barrio El Pacífico, la Mesa de Vivienda de la Comuna 8, la Corporación Montanoa, y el grupo de investigación Ambiente, Hábitat y Sostenibilidad de la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia, en el marco del diálogo Comunidad-Universidad con el ánimo de potenciar saberes y capacidades para el aprendizaje mutuo en torno a la investigación y la acción política comunitaria en gestión del riesgo de desastres.

Este proyecto fue desarrollado durante la segunda mitad de 2018 e inicios de 2019. Su principal apuesta metodológica fue la creación de una experiencia de educación popular, estructurada a partir de una Escuela de Gestión Comunitaria de Riesgos. Dentro de esta, se identificaron amenazas, vulnerabilidades y capacidades de la comunidad en cuestión, así mismo que se recogieron insumos para la elaboración de un Plan Comunitario de Conocimiento y Reducción de Riesgos, la implementación de obras de mejoramiento en viviendas priorizadas por medio de jornadas de convite, y la puesta en discusión de los hallazgos y reflexiones alcanzadas en un foro de ciudad orientado desde el diálogo de saberes realizado el 27 de abril de 2019 en el Parque Biblioteca León de Greiff de la ciudad de Medellín.

MIEMBROS DEL EQUIPO


INFORMACIÓN GENERAL Y CONCEPTUALIZACIÓN DEL PROYECTO

RESUMEN EJECUTIVO

El proyecto de investigación Gestión Comunitaria del Riesgo en el barrio El Pacífico aportó al empoderamiento de las comunidades barriales mediante la planeación participativa. Allí, confluyeron en un acuerdo de cooperación y asesoría la Junta de Acción Comunal del barrio El Pacífico, la Mesa de Vivienda de la Comuna 8, la Corporación Montanoa, y el grupo de investigación Ambiente, Hábitat y Sostenibilidad de la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia, en el marco del diálogo Comunidad-Universidad con el ánimo de potenciar saberes y capacidades para el aprendizaje mutuo en torno a la investigación y la acción política comunitaria en gestión del riesgo de desastres.

Este proyecto fue desarrollado durante la segunda mitad de 2018 e inicios de 2019. Su principal apuesta metodológica fue la creación de una experiencia de educación popular, estructurada a partir de una Escuela de Gestión Comunitaria de Riesgos. Dentro de esta, se identificaron amenazas, vulnerabilidades y capacidades de la comunidad en cuestión, así mismo que se recogieron insumos para la elaboración de un Plan Comunitario de Conocimiento y Reducción de Riesgos, la implementación de obras de mejoramiento en viviendas priorizadas por medio de jornadas de convite, y la puesta en discusión de los hallazgos y reflexiones alcanzadas en un foro de ciudad orientado desde el diálogo de saberes realizado el 27 de abril de 2019 en el Parque Biblioteca León de Greiff de la ciudad de Medellín.

JUSTIFICACIÓN

A partir de la Ley 1523 de 2012 el conocimiento y reducción del riesgo de desastres se encuentran enmarcados en la afirmación de que el riesgo es un proceso social y es responsabilidad de todos los habitantes del territorio nacional (Congreso de la República de Colombia, 2012).

Entendiendo la complejidad territorial, se hace más factible comprender las dinámicas que emergen como problemas, retos y potencialidades en estos; pero, recordando, que esta valoración se produce gracias a las relaciones, tensiones e intereses de los diversos actores que se encuentran allí. No obstante, no se puede dejar de lado la incidencia y determinación de los factores naturales característicos de cada territorio; los cuales, a su vez, manifiestan las transformaciones a las que ahora se enfrentan, por el mismo accionar humano.

Es así, como encontramos que parte de las problemáticas ambientales; son la muestra del resultado de cambios de los sistemas naturales, causados por la injerencia humana y su conjunción, con realidades sociales de inequidad y desigualdad, que permiten que los fenómenos de estos cambios ambientales, afecten en mayor grado a las poblaciones que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad geográfica, política y económica (Grupo Internacional Recursos del Sur, 2007).

Este problema se ve manifestado en diversas zonas de la ciudad de Medellín y su área metropolitana, sobre todo, en barrios y sectores donde sus pobladores han llegado a causa del desplazamiento forzado y/o son excluidos de las opciones laborables estables. Ellos, regularmente, se encuentran ubicados en zonas que presentan características de amenaza por factores ambientales; no obstante, no representarían riesgo alguno, si no fuesen habitadas, y menos, en condiciones no aptas, dejando en situación de vulnerabilidad a quienes deben vivir allí.

Bajo el contexto de perturbaciones ambientales y climáticas de las estructuras espaciales y la situación de vulnerabilidad social de quienes las habitan; se deduce, que esta conjunción llevará a aumentar las situaciones de riesgo por el avance de los cambios naturales y la baja posibilidad de respuesta de las comunidades allí presentes. Es por esto que, al problema de los niveles de riesgo de estas poblaciones, evidencia la necesidad de procesos formativos que conlleven a diagnosticar situaciones de amenaza y niveles de vulnerabilidad, que permitan generar planes de gestión de riesgo de las situaciones encontradas.

Además de la formación técnica y analítica, se hacen necesarios espacios de reflexión y construcción de propuestas de gestión del riesgo en escala micro-territorial. Las situaciones de riesgo, no solo las relacionadas con factores naturales, sino también, las de origen social; han ido marcando las discusiones en torno a la planeación y ordenamiento territorial; dado que se ha puesto en el centro de discusión, que zonas no pueden habitarse por la presencia de riesgos. Cuestionamiento que, frecuentemente, desvía la discusión sobre el por qué, hasta dónde y para quién es riesgoso vivir allí. Se presenta el tema del riesgo, no como un dato aislado que permite la permanencia o expulsión de una zona; sino como la necesidad y posibilidad de ser dinamizador de diálogos comunidad-institución, de procesos analíticos constantes de los cambios territoriales, pero sobre todo de la construcción de propuestas comunitarias de gestión territorial.

OBJETIVOS

Objetivo general:

Construir un plan comunitario de gestión del riesgo que contribuya el aumento de las capacidades colectivas en el barrio El Pacífico de la Comuna 8 de Medellín.

Objetivos específicos:

  • Implementar una escuela de formación en gestión comunitaria del riesgo en el barrio El Pacífico.
  • Identificar participativamente los escenarios de riesgo a nivel barrial para su análisis y monitoreo.
  • Proponer medidas de reducción de riesgo de desastres articuladas a los ejercicios de planificación local (desarrollo y ordenamiento territorial).
REFERENTE TEÓRICO-CONCEPTUAL

Múltiples dinámicas permean las realidades habitacionales modernas. Desde variables micro locales como los procesos de poblamiento tanto en escenarios urbanos como rurales sobre espacios multifacéticos, hasta cuestiones de carácter macro contextual como el debatido fenómeno del cambio climático (Lavell, 2003; Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, 2012).

Conceptos como la gestión del riesgo, la vulnerabilidad, la amenaza, el cambio climático, y otros se entrelazan y se cruzan, generando por un lado miradas complejas frente a problemas que cada vez se normalizan más en el contexto de las dinámicas habitacionales del siglo XXI.

Partiendo desde las generalidades del concepto de gestión del riesgo, Wilches-Chaux (2005) lo define de manera práctica como el conjunto de estrategias cuyo fin es “evitar que los fenómenos naturales, socio-naturales y antrópicos se conviertan en amenazas contra los seres humanos y, en consecuencia, que den origen a riesgos y desastres” (p. 49). Desde esta aproximación general se percibe la relevancia de tres factores fundamentales dentro de la gestión del riesgo: los fenómenos naturales, los socio-naturales y los antrópicos. Estos elementos hacen referencia a aquellas transformaciones geológicas, ambientales, y demás que se ven influenciados por el quehacer humano. De este panorama dialectico podrían desprenderse múltiples debates, entre ellos abordando la noción de la naturalidad del riesgo ambiental y si este guarda correlación directa o indirecta con la acción humana. Retomando el ejemplo de fenómenos como La Niña y el Niño, considerados picos de inestabilidad ambiental en Colombia (Ávila et al, 2014).

Wilches-Chaux (2005) puntualiza que:

La población colombiana, al igual que sucede con otras comunidades del mundo, está perdiendo su capacidad de adaptación a unos cambios del entorno, que, si bien son aparentemente naturales, cada vez son más contundentes y que interpreto como expresiones del afán de la biosfera por recuperarse de las agresiones de que ha sido víctima por parte de la especie humana (p. 50).

Otros autores como Campos-Vargas, Toscana-Aparicio, y Campos Alanís (2015) definen la gestión del riesgo como “el manejo de riesgos es una estrategia de desarrollo, que atrae la preocupación creciente de tomadores de decisiones y hacedores de políticas públicas, para lograr cierta seguridad humana y ambiental” (p. 55). Desde esta aproximación se suscita de igual forma aquella correlación entre lo humano y la naturaleza que le rodea. Los elementos antrópicos confluyen con las configuraciones geoespaciales de los territorios, influenciando sus dinámicas y dando forma a potenciales redes de riesgo. Este riesgo, lo nombran tanto Wilches-Chaux (2005) y Campos et al (2015) como el riesgo sociocultural. Lavell (2003) citado por Campos et al (2015) aporta al discurso del riesgo frente a este concepto al suscitar que “el riesgo socionatural se plantea, a partir de la relación entre la sociedad y el medio natural, como posible generadora de situaciones de riesgo de desastre, potenciado por la fuerza de los fenómenos naturales peligrosos, es decir, las amenazas” (p. 55).

Por otra parte, Soares, Murillo, Romero y Millán (2014) argumentan frente a esta relación entre los elementos socio-naturales y medio ambientales que:

Si hasta mediados del siglo pasado el debate sobre la relación entre la vulnerabilidad social y los riesgos de desastres no ocupaba un lugar destacado en la agenda del desarrollo, en la actualidad se ha convertido en tema prioritario y punto de referencia y reflexión casi obligatorio. Esto se debe, entre otros factores, a la concepción de que el aumento en los niveles de vulnerabilidad social a nivel local, aunado al cambio climático global, genera condiciones propicias para un drástico incremento del número de desastres a mediano y largo plazos (p. 160).

Se pueden observar en los referentes teóricos anteriores la prevalencia de distintos elementos recurrentes en los abordajes relacionados a la gestión del riesgo. Por un lado, prevalece la noción de que las construcciones sociales influencian de manera directa la relación que guardan los seres humanos con su entorno, esto potenciado por condiciones de vulnerabilidad y amenazas.

Estas condiciones se ven catalizadas, en ocasiones, argumentan autores como Lampis (2013), Reyes, Montilla, Castillo y Zambrano (2017) o Socorro (2012) que existe una relación directa entre las condiciones socioeconómicas que impulsan o promueven procesos de poblamiento “irregulares” o “subnormales” y el aumento del potencial de riesgo sobre dichos territorios. Esto como consecuencia directa de la falta de procesos de planeación formal que fortalezcan los procesos poblacionales por medio de la evaluación del suelo, los afluentes hídricos cercanos, la estabilidad de la zona en relación a su nivel de inclinación y demás factores determinantes para la gestión del riesgo.

Esta situación ha sido agravada en la medida que las disputas por el uso del suelo se focalizan en los escenarios de ciudad contemporáneos. El debate por los usos que se desarrollan en un espacio urbano toma cada vez más relevancia a medida que las grandes ciudades, las cuales históricamente han sido focos receptores de desplazamiento en Colombia, se encuentran frente a disyuntivas socio territoriales agravadas por su limitado espacio de crecimiento. Medellín, por ejemplo, ha optado en los últimos años por recurrir a planes parciales y a incentivar la vivienda vertical para enfrentar lo que las administraciones municipales han percibido como problemas de habitabilidad en la última década.

Este panorama expone varios elementos que toman protagonismo en la gestión del riesgo. Por un lado, las comunidades que se forman y se desarrollan por fuera de los espacios de planeación formales propenden por su supervivencia sin y a pesar del mismo Estado. Además, no siempre cuentan con los conocimientos técnicos ni un repertorio de oportunidades y garantías que les permitan acceder a o exigir estudios de suelo respectivos. Por otro lado, existe la naturaleza misma del suelo, de la tierra, y del territorio habitado por el ser humano. Estos dos elementos se interrelacionan y generan dinámicas que requieren de revisión constante por parte de todos los actores involucrados como lo estípula la Ley 1523 de 2012, la cual expone en el cuarto parágrafo de su tercer artículo, a través del principio de protección que “Toda persona natural o jurídica, bien sea de derecho público o privado, tiene el deber de adoptar las medidas necesarias para una adecuada gestión del riesgo en su ámbito personal y funcional (…)”(Congreso de la República de Colombia, 2012).

Frente a estas dinámicas enmarcadas entre las comunidades urbanas, las administraciones municipales, y la naturaleza misma del suelo y el medio ambiente en conjunción con la norma estipulada en la Ley 1523 de 2012, se hace necesario profundizar en aquellos elementos que faciliten su comprensión y alcance en la práctica, dada la similitud conceptual a la que se puede llegar al no tener elementos epistemológicos fortalecidos frente a conceptos como la vulnerabilidad o la amenaza, dado que pueden prestarse para realizar lecturas similares (Lampis, 2013).

Por su parte, la amenaza puede ser entendida como la conjunción de elementos que representan, real o potencialmente en un territorio específico, una disrupción de las condiciones de habitabilidad corrientes. Las amenazas pueden ser identificadas al substraer datos climáticos o al identificar cambios en el mismo, refiérase estos a nivel de humedad, de temperatura, de movimientos sísmicos, aumento o disminución de precipitaciones, u otros, que representan una permutación drástica frente a los niveles usuales frente a estos. La amenaza, por ende, puede traducirse en un desastre al darse su manifestación en un espacio o territorio. El desastre puede comprender desde deslizamientos, a inundaciones, o incluso a la exterminación de la fauna y flora local (Reyes et al, 2017)

Por otro lado, la vulnerabilidad se despliega como el factor resultante de la conjunción de elementos propensos para la respuesta y defensa ante el riesgo. Este factor puede llegar a determinar el impacto resultante de un desastre, y contempla elementos como el conocimiento de los habitantes de un sector frente al riesgo, los equipamientos y espacios disponibles en una zona para el alberge o la respuesta al desastre, y otros factores que, como bien señalan Soares et al (2014), pueden variar dependiendo del contexto en dónde impacten al afirmar que:

una amenaza no afecta de igual manera a los grupos sociales, es decir, aquellos con elevado poder económico residentes en regiones peligrosas no son igual de vulnerables que los pobres que habitan las zonas de peligro. Mientras los primeros tienen acceso a tecnologías antirriesgos y disponen de una elevada capacidad de recuperación, los segundos no cuentan con tecnología ni tienen capacidad de respuesta (p. 160).

Como se mencionaba anteriormente, ambos elementos entran a funcionar como determinantes a la hora de estimar el nivel de impacto del desastre, el cual es definido desde la Ley referenciada como:

el resultado que se desencadena de la manifestación de uno o varios eventos naturales o antropogénicos no intencionales que al encontrar condiciones propicias de vulnerabilidad en las personas, los bienes, la infraestructura, los medios de subsistencia, la prestación de servicios o los recursos ambientales, causa daños o pérdidas humanas, materiales, económicas o ambientales, generando una alteración intensa, grave y extendida en las condiciones normales de funcionamiento de la sociedad, que exige del Estado y del sistema nacional ejecutar acciones de respuesta a la emergencia, rehabilitación y reconstrucción.

En síntesis, retomando tanto los elementos teóricos como normativos presentados anteriormente, puede aseverarse que el proceso denominado gestión del riesgo se materializa en la conjunción de esfuerzos del ser humano por organizarse frente al desastre y dar respuesta a él, siendo este una calamidad ambiental producida a partir de una amenaza ambiental que pone en riesgo las vidas humanas, animales y vegetales, al igual que todo el patrimonio sociocultural y arquitectónico que exista en un territorio proclive a experimentar cambios drásticos en sus condiciones biofísicas normales (bien sea por la misma naturalidad del entorno, o la influencia de la interacción humana sobre el mismo), al igual que puede dañar permanentemente los ecosistemas allí presentes, y cuyo nivel de impacto puede verse afectado por la vulnerabilidad que permee dicho nicho habitacional.

A pesar de que existen múltiples conceptos que reiteran su importancia a través de literatura especializada en el tema, estos elementos conceptuales particularmente recurrentes resultan un insumo fundamental para hacer una aproximación a la gestión del riesgo como práctica y como concepto que cada vez resulta más prioritario en la cotidianidad del ser humano dadas las recientes coyunturas ambientales y de habitabilidad que pululan alrededor de múltiples contextos contemporáneos.

En consecuencia, de este abordamiento teórico de las categorías o conceptos reiterativos en las diferentes fuentes abordadas, surge la pertinencia de delimitar elementos de orden específico que permitan ampliar el espectro de análisis de la investigación.

REFERENTE CONTEXTUAL

El Pacífico está ubicado en la parte alta de la comuna 8, en la zona centro-oriental de Medellín, en la base del cerro Pan de Azúcar. Por el norte limita con el Barrio Altos de la Torre, por el occidente con el Trece de Noviembre, por el sur y el oriente limita con la zona reserva forestal “Nare” por donde pasa el “Camino de la Vida”, ambos límites pertenecientes al corregimiento de Santa Elena, vereda Piedras Blancas. 

El proceso de poblamiento del barrio El Pacífico se dio principalmente en la década de los 90´s y principios de los 2000 (1995-2002), lo cual coincide con el periodo de mayor intensificación del desplazamiento forzado en el país. Provenientes de distintas regiones del departamento de Antioquia, como también del Chocó y Córdoba, en su mayoría población de origen campesino, afro descendiente y mestiza, se va tejiendo una matriz intercultural.

Sobresalen formas de poblamiento irregular como lo es la invasión de terrenos baldíos, la compra de terrenos a muy bajo costo, como también fue notorio el acceso a éstos gracias a donaciones que algún familiar o un residente antiguo les adjudicaba; incluso, se reconoce la presencia de actores armados en la asignación y compra de estos en connivencia con pobladores iniciales.

La producción del espacio se da de forma espontánea, al margen de normas técnicas de planeación institucional, lo cual deviene a partir de procesos de auto-construcción tanto de viviendas, como adecuación de vías y acceso a fuentes de agua y alcantarillado. Estas condiciones de informalidad en aunado a factores como la declaración de zonas de alto riesgo, complejizan la situación para el barrio en cuanto a procesos de legalización.

Actualmente El Pacífico (anteriormente fue asignado como sector del barrio Llanaditas) no está reconocido como barrio por la Oficina de Planeación Municipal, pues dado su origen de autoconstrucción es asumido por la municipalidad como un “asentamiento informal”.  Parte de las luchas actuales de sus pobladores es lograr el reconocimiento por el ente gubernamental, dado que esto genera incertidumbre en la permanencia en el territorio y restringe el acceso a servicios públicos domiciliarios y el acceso a inversión pública.

La situación territorial de El Pacífico con respecto a las decisiones técnico-políticas del Municipio de Medellín es complejo, en tanto el plan de ordenamiento territorial (POT) actual clasifica una parte de sus suelos como zona de alto riesgo (por la ladera y estar situado en el retiro de la quebrada “La Rafita”, que hoy es más una escorrentía), otra parte la deja fuera del perímetro urbano y otra está inserta dentro de la “Reserva Nare”.

Esta situación genera un desafío en sus pobladores y organizaciones para lograr el sueño de la legalización de predios como garantía de permanencia y pertenencia de fruto de los logros en autoconstrucción familiar y comunitaria de su territorio.

Según reporta el censo comunitario realizado en el año 2016 por el Grupo de Investigación en Estudios en Desarrollo Local y Gestión Territorial, alrededor de 780 personas habitan este territorio, distribuidas en 184 hogares. El 79% de estos hogares afirma haber sido desplazado por el conflicto armado. La mayoría de las viviendas (97%) están construidas con materiales convencionales que se mezclan con otros de tipo reciclable, tales como latas, madera, plásticos. En este mismo contexto, 94 viviendas han padecido deterioro por situaciones de riesgo como deslizamientos, grietas, humedales y daños estructurales (Grupo Investigación Facultad Ciencias Sociales, 2016).

  • Mapa del barrio 


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METODOLOGÍA PROPUESTA

Los procesos sociales, dentro de la complejidad intrínseca que contemplan las subjetividades que normalmente conllevan, requieren de estrategias de análisis a profundidad que puedan superar las visiones tradicionales de construcción epistemológica a la vez que promueven la generación de ideas críticas y propuestas que propendan por el mejoramiento de la sociedad misma que estudia. Es en esta medida que el paradigma socio-crítico funge como soporte metodológico para esta investigación, puesto que “pretende superar el reduccionismo y el conservadurismo admitiendo la posibilidad de una ciencia social que no sea ni puramente empírica ni sólo interpretativa, y sobre todo que ofrezca aportes para el cambio social desde el interior de las propias comunidades” (Alvarado y García, 2008, p.  189).

Es debido a esto, y teniendo en cuenta las implicaciones que tiene el realizar un plan de gestión comunitaria del riesgo como conjunción de procesos encaminados al conocimiento y reducción de los riesgos, resulta pertinente abordar este paradigma con las facilidades del análisis que ello conlleva. Contreras (2011) planteó en relación al alcance del análisis socio-crítico que: el conocimiento crece y se transforma dialécticamente, su finalidad es identificar el potencial de cambio, transformar estructuras sociales, políticas, económicas entre otras. El investigador es facilitador, entiende a priori las necesidades de cambio, los valores influyen en la investigación, la práctica es teoría en acción, el criterio de calidad es consensuada con los actores de la investigación, las técnicas de recolección de información son dialécticas, el análisis de los datos es intersubjetivo, cualitativo y cuantitativo (p. 192).

Esta noción de construcción colectiva es precisamente lo que fomenta el trabajo enmarcado bajo este paradigma. Dados los propósitos centrales del proyecto por propender por la formación como proceso construido socialmente entre la comunidad y el equipo de investigación, resulta esencial optar por un espectro metodológico que permitiese la interacción libre entre los distintos elementos humanos participes del proyecto.

Sumado a la naturaleza misma del paradigma se opta por el enfoque investigativo de la investigación acción participativa (IAP) dado su potencial para la interacción y el crecimiento mutuo de los actores implicados en el proceso de construcción epistemológico por medio del fomento de la educación popular fortalecida desde lo experiencial, y complementada, en esencia, por apuestas académicas de carácter social. Autores como Valdivieso y Peña (2007) argumentan que “dentro de este enfoque y en la orientación con carácter epistemológico, se defina el saber popular como una ciencia, con su respectivo “racionalidad en la base experiencial” “(p.396).

Dados los intereses del proyecto por generar conocimiento e insumos para la comunidad El Pacífico en relación a la gestión y mitigación del riesgo, se hace necesario rastrear técnicas que permitan el acercamiento a los procesos de base, a la ciencia de lo comunitario. Es en ese sentido que Valdivieso y Peña (2007) sustentaron la importancia de la IAP para alcanzar este fin, retomando planteamientos de Fals Borda y Anisur (1991) en relación a lo que este enfoque representa como Ciencia del pueblo.

Sumado a las bases de la IAP como enfoque metodológico, fueron estructuradas diferentes técnicas para facilitar tanto los ejercicios en campo como los procesos de formación. De manera general se recurrió a entrevistas semi estructuradas, recorridos de campo, y sistematización de experiencias para delimitar el bagaje práctico a desarrollar. En ese sentido y para focalizar el uso de estas técnicas se plantearon cinco momentos estructurantes de la investigación:

  1. Contextualización: En la cual se proyectó el reconocimiento del barrio El Pacífico por medio de recorridos en campo, recolección de información primaria y secundaria, en conjunto con la comunidad en función de la identificación de elementos básicos de la gestión del riesgo a nivel tanto físico espacial en el territorio como conceptual y metodológico desde los actores del mismo.
  2. Implementación de la escuela de formación gestión comunitaria del riesgo en el barrio El Pacífico: en aras de profundizar desde la praxis la acción investigativa se dio abordaje a espacios de educación popular (Coppens, Van de Velde, 2005; Mejía, 1996) que propendan por la generación de conocimiento y fortalecimiento de referentes empíricos previos de la comunidad El Pacífico frente a la gestión del riesgo y sus implicaciones prácticas dentro del territorio.
  3. Desarrollo de metodologías y técnicas para la construcción participativa del plan de gestión del riesgo de desastres a través de sus tres elementos significantes: procesos de conocimiento, reducción de riesgos y manejo de la emergencia.
  4. Análisis y estructuración del plan comunitario de gestión del riesgo articulado a los ejercicios de planificación local (desarrollo y ordenamiento territorial).
  5. Elaboración de informes técnicos y comunitarios para la socialización del plan con la comunidad barrial y a nivel comunal en el marco de los procesos de ordenamiento y planificación territorial.


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
  1. Referencias bibliográficas

Alvarado, L., & García, M. (2008). Características más relevantes del paradigma socio-crítico: su aplicación en investigaciones de educación ambiental y de enseñanza de las ciencias realizadas en el Doctorado de Educación del Instituto Pedagógico de Caracas. Sapiens. Revista Universitaria de Investigación, 9 (2), 187-202.

Contreras, L. (2011). Tendencias de los paradigmas de investigación en educación. Investigación y Postgrado, 26 (2), 179-202.

Coppens, F., Van de Velde, H. (2005). Técnicas de Educación Popular. Programa de Especialización de Gestión Del Desarrollo Comunitario,  4, 153.

Fals Borda O. y Anisur, M. (1991). Rahman. Acción y Conocimiento. Como romper el Monopolio con Investigación Acción Participativa. Bogotá: Cinep, 223.

Mejía, M. (1996). Educación popular hoy entre su refundamentación o su disolución. Nómadas, 3(2), 82–91.

Valdivieso Arcay, F., & Peña Villalobos, L. (2007). Los enfoques metodológicos cualitativos en las ciencias sociales: una alternativa para investigar en educación física. Laurus, 13 (23), 381-412.

Campos-Vargas, M., & Toscana-Aparicio, A., & Campos Alanís, J. (2015). Riesgos socionaturales: vulnerabilidad socioeconómica, justicia ambiental y justicia espacial. Cuadernos de Geografía - Revista Colombiana de Geografía, 24 (2), 53-69.

Congreso de Colombia (2012). Ley 1523 de 2012 “Por el cual se adopta la política nacional de gestión del riesgo de desastres y se establece el sistema nacional de gestión del riesgo de desastres y se dictan otras disposiciones”. 24 de abril de 2012.

Lampis, A. (2013) Vulnerabilidad y adaptación al cambio climático: debates acerca del concepto de vulnerabilidad y su medición. Cuadernos de geografía – Revista colombiana de geografía 22 (2) 17 – 33.

Lavell, A. (2003). La gestión local del riesgo: nociones y precisiones en torno al concepto y la práctica. Guatemala: Centro de Coordinación para la Prevención de los Desastres Naturales en América Central (CEPREDENAC).

Reyes Rivero, A., & Montilla Pacheco, A., & Castillo García, P., & Zambrano Vera, M. (2017) Amenaza, vulnerabilidad y riesgo ante eventos naturales. Factores socialmente construidos. Revista de ciencia e investigación 2 (6), 22 – 28.

Soares, D., & Murillo, D., & Romero, R., & Millán, G. (2014). Amenazas y vulnerabilidades: las dos caras de los desastres en Celestún, Yucatán. Desacatos, (44), 159-177.

Socorro Gómez, D. E. (2012) Metodología para la gestión de riesgos de desastres en las comunidades, basado en el marco de acción de Hyogo 2005 – 2015. Ingeniería Industrial. Actualidad y Nuevas Tendencias 3 (8) 61 – 72.

Wilches-Chaux, G. (2005). Fundamentos éticos de la gestión del riesgo. Nómadas (Col), (22), 48-61.

Luna-Nemecio, J. (2020). Determinaciones socioambientales del COVID-19 y vulnerabilidad económica, espacial y sanitario-institucional. Revista de Ciencias Sociales (Ve), XXVI(2),21-26

Rivera-Flórez, L. A., Rodríguez-Gaviria, E. M., Velásquez-Castañeda, C. A., Guzmán-Tenjo, H. P., Ramírez-Madrigal, A. (2020). “La gestión comunitaria del riesgo. Justicia espacial y ambiental”. Bitácora Urbano Territorial, 30 (III): 205-218. https://doi.org/10.15446/bitacora.v30n3.87769

Vega-Cuza, I., & Guasch-Hechavarría, F. (2013). Modelo Pedagógico Participativo para la Capacitación Comunitaria en Gestión del Riesgo de Desastres. Ciencia en su PC, (2),59-72. Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/1813/181328708007.pdf

Schilling Lara, C. A. (2011). La Práctica Pedagógica Comunitaria: Una Experiencia de Reconstrucción Dialógica y Colaborativa desde el Contexto de Comunidades que Viven en la Adversidad. REXE. Revista de Estudios y Experiencias en Educación, 10(20),75-89. Disponible en: https://www.redalyc.org/pdf/2431/243122668004.pdf

[1] Estos textos pueden ser fácilmente encontrados en internet usando navegadores como Google. Para esto, basta con introducir el título de los textos en el buscador y seleccionar el texto deseado. De igual forma, los enlaces para acceder a cada texto en particular se encuentran presentes en la bibliografía.


  • Vista del barrio desde el sector Los Pinos

    Vista del barrio desde el sector Los Pinos

  • Senderos del Jardín Circunvalar

    Senderos del Jardín Circunvalar

  • Escalas en el sector Los Pinos

    Escalas en el sector Los Pinos

  • Vallados de las viviendas

    Vallados de las viviendas

  • Vista de Medellín desde el Cerro Pan de Azúcar

    Vista de Medellín desde el Cerro Pan de Azúcar

    ESCUELA DE GESTIÓN COMUNITARIA DEL RIESGO EN EL BARRIO EL PACÍFICO


    La experiencia de la Escuela de Gestión Comunitaria del Riesgo del barrio El Pacífico es indicativa de dos asuntos importantes: Por un lado, los escenarios de formación proyectados desde la interacción entre comunidad y academia, encaminados a la activación de mecanismos cercanos o inherentes de las prácticas de la educación popular son cada vez más necesarios dadas las complejidades de habitabilidad que enfrentan las ciudades latinoamericanas modernas. Por otro lado, existe cada vez más un llamado a que las organizaciones sociales y comunitarias se aproximen a la gestión del riesgo desde la transversalidad de su quehacer cotidiano.

    Tomando como referencia los aportes previamente mencionados, el proyecto de investigación “Gestión Comunitaria del Riesgo (GCR) en el barrio El Pacífico, Comuna 8 de Medellín” se configuró como una experiencia más del repertorio de apuestas por construir nuevas formas de pensar la educación como práctica pedagógica de liberación y la habitabilidad de la ciudad moderna latinoamericana como una forma de defensa del territorio.

    Esta propuesta para la defensa del territorio, abordada desde las prácticas pedagógicas de la gestión del riesgo, puede indicar que este tipo de conocimientos no puede seguir proyectándose desde las instituciones académicas o del Estado como un discurso etéreo que se activa en los momentos de alerta. Por el contrario, debe ser un asunto interdisciplinar, transversal y cotidiano devenido de la acción humana desde sus organizaciones sociales, y comunitarias, instituciones, actores colectivos e individuales y demás, y que a su vez no es conveniente delegar como un conjunto de prácticas devenidas de discursos pre-establecidos, si no que por el contrario debe construirse desde la cotidianidad, con base en los referentes endógenos de cada territorio para el mejoramiento de las condiciones de vida legitimadas desde la base social comunitaria.

    Las prácticas de transformación y defensa del territorio constituyen la base material de las capacidades comunitarias para los nuevos retos que se viven en el territorio, en este caso, la gestión de riesgo de desastres, lo cual se refleja en la capacidad de analizar, repensar y contextualizar conceptos técnicos como los inherentes a la gestión de riesgo (amenaza, riesgo y vulnerabilidad), la intervención física mediante jornadas de trabajo para la reducción de los riesgos, y la capacidad de diálogo e incidencia política con los demás actores como lo son la academia y las instituciones del Estado.

    SESIÓN 1 – 23 DE SEPTIEMBRE DE 2018
    • Sesión 1 – 23 de septiembre de 2018

    Orden del día:

    Durante la primera sesión de la escuela comunitaria de gestión del riesgo se abordaron los siguientes temas en el respectivo orden: (1) Presentación de la escuela y el proyecto, (2) Encuadre, (3) Dinámica de integración, (4) Socialización de recorrido territorial realizado el 19 de septiembre en el barrio El Pacífico. La jornada tuvo lugar de 3:00 p.m. a 5:00 p.m.

    1. Presentación

    Se establecen las posturas del proyecto Gestión comunitaria del riesgo en el barrio El Pacífico (Comuna 8, Medellín), persiguiendo la articulación con diferentes actores en relación a la gestión del riesgo comunitario por medio de la generación de una propuesta de mitigación del riesgo para el mes de diciembre y el proceso de monitoreo de la JAC en el barrio, al igual que la entrega de los estudios micro zonificados y los estudios de suelo.

    La modalidad de la escuela de formación son 5 sesiones de formación como parte de proceso de escuela para identificación de amenazas, riesgos, y demás asuntos que atañen a la temática. El proceso formativo será certificado por el Colegio Mayor de Antioquia. Este proyecto se proyecta como la continuación del proceso adelantado por el profesor Hugo del Colegio Mayor en función del censo comunitario del 2016.

    La intencionalidad es que entre toda la comunidad identifiquemos la situación actual del riesgo, o “escenario del riesgo”. Se requiere una mirada contextualizada en función de escenario transversal, mirando más allá de los límites urbanos inmediatos y posicionando la mirada en la relación comunidad – territorio. ¿Qué medidas de mitigación se van a proponer para el barrio? Esta pregunta no genera solo un texto si no que propende por fomentar el fortalecimiento de una conciencia comunitaria sobre las medidas de mitigación. Estas herramientas deben ser insumos cotidianos de trabajo.

    En síntesis, la apuesta práctica de la escuela es la articulación de los diferentes procesos de la gestión del riesgo que están tomando precedencia dentro del territorio, en tanto se articulen los insumos construidos por los esfuerzos de distintas universidades y organizaciones.

    Después de la presentación general, se presentó un vídeo introductorio sobre el Colegio Mayor de Antioquia con el fin de contextualizar a quienes aún no conociesen la institución.

    1. Encuadre

    Se abordaron 6 problemáticas en torno a la gestión del riesgo que ya habían sido identificadas anteriormente por la comunidad:

    • Caída de rocas como una grande problemática sobre todo en el sector de la Cancha, con 3 ocasiones de derrumbe, en el 99, en el 2012, y en el 2017:
    • No ha habido muertos ni lesionados.
    • “Salió barato”
    • Se construyeron gaviones y trinchos en el 2016.
    • La piedra que cayó se saltó el gavión, se le llamó “piedra viva”. Dairo explica la funcionalidad de los gaviones, elaborando sobre como la piedra logró saltar el gavión, y desde su observación la parte de abajo del gavión está llena de escombros, convirtiendo a esta obra en una suerte de rampa.
    • Aporta otra lideresa que desde los 15 días de la construcción del gavión se arrojan escombros en los estos, señalando el peligro de la caída de rocas sobre su vivienda.
    • Se puntualiza que la mitigación del riesgo requiere de perseverancia en el mantenimiento de las obras mismas, más que en su construcción.
    • Uno de los participantes cuestiona como se puede conocer la calidad de la obra, puntualizando que la obra de los gaviones empezó siendo un muro de contención.
    • Otro aporte señala que los gaviones requieren ser recubiertos. Surge la propuesta de generar un convite para hacer mantenimiento a las obras de mitigación del riesgo.

    • Falta de control de aguas lluvias:
    • Nunca ha habido inundaciones en el barrio, la gente que está alrededor de la quebrada tiene amenaza de inundación.
    • Alguien aporta que, si anteriormente no hubo inundación, ahora que el barrio cuenta con cañuelas es poco probable que ocurra una inundación. A modo de respuesta, se remarca que la quebrada puede tener memoria de más de un par de años llegando incluso hasta los cien.
    • Otro aporte señala que el Jardín Circunvalar también adelantó acciones para la recogida de agua que viene desde el cerro Pan de Azúcar. Se puntualiza que la quebrada no hace estragos, pero se aclara la potencial problemática de concebir a la quebrada como un elemento negativo del territorio, a pesar de que esta pueda hacer respetar su derecho a su cauce natural.
    • El problema no es la quebrada, por el contrario, la presencia de esta mitiga la caída de rocas. Esta problemática se conecta con las aguas escorrentías, el agua que no es capaz de filtrarse, sino que pasa por encima. El agua ya no se infiltra, sino que corre, y ahora que está pavimentado el barrio hay mucha más de esta agua. Las obras del Jardín Circunvalar intervino un bracito de la quebrada la Rafita.

    • Falta de canoas y bajantes:
    • El 99% del barrio no tiene canoas y bajantes.
    • Es prioritario avanzar en un plan de canoas y bajantes como medida de mitigación.
    • A pesar del apoyo del equipo técnico del proyecto, la apuesta de consolidación de plan de canoas y bajantes debe surgir como insumo familiar y comunitario.
    • Se indaga sobre la posibilidad de pensarse convites para recolectar recursos para la financiación de las canoas y bajantes que podría llegar a costar unos 300.000$ pesos. Se aclara la importancia de este insumo en tanto de gotica en gotica los barrancos van cediendo.
    • Entre la comunidad se relaciona la situación de las canoas y bajantes con otras dificultades sociales, como las aguas que caen de una vivienda a otra y obstaculizan las relaciones vecinales.

    • Falta de acueducto y alcantarillado sector Los Pinos:
    • Debido a Reserva Nare se ha dificultado la implementación del acueducto y alcantarillado en Los Pinos.
    • Hay que plantear mitigaciones de emergencia, debido a complicaciones legales no ha sido posible adelantar este asunto por parte de la comunidad.
    • La cooperación con la población de Los Pinos también dificulta la integración de los esfuerzos comunitarios para dar respuesta a la falta de acueducto y alcantarillado, pues no dan respuesta a sus fugas de agua y puntos de alta humedad.
    • Las fugas de agua si bien no son diarias, si llegan a durar hasta 24 horas. La principal fuga es el reboce del tanque de agua comunitario.
    • Declaratoria de reserva Nare y declaratoria de estar por fuera del perímetro urbano:
    • Esta problemática funge como uno de los detonantes o causantes de otros asuntos identificados, tales como la falta de acueducto y alcantarillado, lo cual a su vez profundiza el asunto del control de aguas lluvias y aguas escorrentías.

    • Problemáticas de aseo en el barrio:
    • A pesar de que esta discusión empezó partiendo del asunto de las heces de perros y gatos que hay por los andenes barriales, se dio un giro argumentativo hacia la convivencia barrial como uno de los generadores de las manifestaciones negativas de salud pública del barrio, desde el manejo inadecuado de basuras hasta la proliferación de contaminación auditiva, conflictos en la movilidad barrial, y el resquebrajamiento del tejido comunitario.

    DINÁMICA DE INTEGRACIÓN Y RECONOCIMIENTO DE ACCIONES

    Se realizó un ejercicio de integración en función de cambiar de posición con otro compañero cuando se cumplen ciertas condiciones. Esta dinámica se realizó con la finalidad de observar las acciones desempeñadas por los actores presentes en relación a ciertos aspectos de la cotidianidad en los cuales se pueden percibir nociones de gestión del riesgo. A partir de lo anterior, se invitó a cambiar de puesto con quien:

    • tenga medias puestas –momento inicial de activación de la dinámicala mayoría se mueven, excepto quienes tienen chanclas-
    • haya puesto el equipo de sonido con un alto nivel de volumen la noche anterior
    • haya filosofado en el baño,
    • tenga problemas con fugas de aguas en la casa (goteras, turbos rotos, etc.),
    • los que hemos tenido algún accidente dentro de la casa (quemaduras, caídas, cortadas) –cambiaron 2 personas, en una de las viviendas alguien se quemó, en otra un hijo de dio un golpe en la cabeza-,
    • las personas que por una intervención le han mejorado algo a la casa –bastantes personas cambian de lugar, mencionan entre las intervenciones las paredes que antes eran de plástico y ahora de madera, pintaron las casas, echaron columnas para hacer edificios, echaron plancha, segundo piso, revocaron-
    • les ha tocado salir corriendo al médico –un par de personas mencionan la situación por condiciones médicas de los hijos, porque familiares tuvieron complicaciones médicas-
    • las personas que en la casa tengan un botiquín –solo cambia de lugar una persona de la comunidad, sin contar a los integrantes del equipo de investigación del proyecto, entre los elementos que tiene en el botiquín la persona que cambió de lugar destaca los implementos básicos como acetaminofén, implementos para tratar quemaduras, etc, y hace parte del comité de salud del barrio-
    • las personas que últimamente han ido hasta el CAI.
    • Los que queramos seguir aprendiendo sobre gestión del riesgo -Todos se mueven-

    Para finalizar esta actividad, se hizo un agradecimiento por permitir la participación en el territorio, y se puntualizó la naturaleza de las presencias que están trabajando en el barrio. A continuación, se detalló el recorrido realizado durante el 19 de septiembre en el barrio en función de la identificación de amenazas existentes en el territorio.

     

    • Comentarios sobre Parada 1 – Cicatriz cercana al CAI:
    • Fuga de agua y pasa lo que pasó en la Gabriela, lavaban los carros arriba y no le hacían seguimiento a eso hasta que ocurrió la tragedia de La Gabriela.
    • Lo que pasa por el CAI es que las cañuelas y los desvíos del agua están haciendo que el agua salga a la tierra, no tiene por donde seguir, el agua se desvía al barranco y eso es un punto crítico para generar deslizamientos.
    • Daniel señala la importancia de hacer monitoreo a las obras construidas por entidades externas al barrio.
    • ¿Ha habido incendios por esta zona del barrio? la respuesta de la comunidad es no, por otros lados si. Se explica por parte de Alejandro que hay una acumulación de especies no nativas de árboles y vegetación que en tiempos de sequía podría generar incendios.
    • En la zona del CAI se recogen varias aguas de las cañuelas que hizo el Jardín Circunvalar, en uno de los lados hay una cañuela de 20 metros, y del otro lado unos 80 metros que sirve para encausar el agua, pero con posibilidad de desbordarse.
    • Las construcciones de las zonas de arriba del CAI también dificultan la llegada de agua a las viviendas de Los Pinos.
    • En la parte de arriba hay un riesgo muy grande debido a la falta de alcantarillado, por lo que las aguas negras de aquella parte alta deben llegar a algún lado. ¿a dónde están llegando las aguas de las 100 familias que viven allí?

     

    • Comentarios sobre Parada 2 – Zona de recarga:
    • Allí se interrumpió la quebrada, le sembraron muchas cosas ahí, el balazo puede retener, pero un participante comenta que con ello no hay garantía que se evite que la recolección de aguas no desemboqué en un deslizamiento o movimiento de tierra. Se aclara que las siembras allí presentes pueden retener el agua en tiempos de sequía y evita que el agua se extienda de forma acelerada.
    • Puede ocurrir que, si el mantenimiento de las siembras no se da, o llegan al punto de recarga otros materiales como escombros, puede generar un escenario de riesgo porque se puede dar una obstrucción al flujo libre de las aguas.
    • Se aclara que la Corporación Parque Arvi hace mantenimiento a las plantas y equipamientos de los senderos de la obra.

    • Comentarios sobre Parada 3 – Huerta comunitaria:
    • Alejandro puntualiza que la huerta fue muy bien construida debido a que tiene puntos de desaceleración del agua. ¿qué pasa si el agua no desacelera? Cuando el agua coge mucha velocidad “nos baja el estrato”.
    • Uno de los riesgos poco apreciados de esta clase de ejercicios es que no se tiene en cuenta lo que representan riesgos como el hambre, a lo que da respuesta la huerta comunitaria y su subsecuente seguridad alimentaria.
    • Las obras de mitigación que realizó el Jardín Circunvalar se hicieron en torno al Camino de la Vida, la canalización y el box Colbert solo llega dos metros más allá desde donde termina el Camino de la Vida. A este punto fácilmente pueden ser 220 metros de cañuelas recogiendo agua en bajada que no llegan a una red de recolección de agua.

     

    • Comentarios sobre Parada 4 – Mirador:
    • De ahí se tiran piedras y caen en el barrio.
    • Identificamos un desgarre y una pendiente altamente inclinada.
    • Desde el 2012 hubo una fuga de agua y se generó en este punto el deslizamiento de piedras que se rememora en aquel año, se alcanzaron a identificar 3 o 4 metros agrietados que habría que soltar y quitar de poco a poco, lo cual se dificulta al no conocer la profundidad de esta tierra.
    • Desde aquí se divisa que el barrio es muy pequeño, pero tiene una pendiente muy alta, de más de 45 grados, así la quebrada se desliza con demasiada velocidad por el barrio.

    • Comentarios sobre Parada 5 – Los Pinos:
    • No hay alcantarillado, y los tubos se interconectan entre las viviendas de tal forma que el tubo de uno pasa por la sala del otro, y de ahí pasa por la cocina de otro más; el estado de estos es muy frágil y se pueden despegar con mucha facilidad, generando situaciones de fugas de agua de vivienda en vivienda.
    • La caída de árboles puede ser altamente peligroso para las viviendas allí construidos, y en parte se debe a que los árboles allí presentes no son nativos del territorio.
    • Muchos de quienes construyeron allá secaron los palos con agua caliente, los pelaron, les quitaron la corteza, y por el afán de generar construcción hicieron daños en la flora local, ahora hay varios árboles que es necesario cortar, pero las repercusiones legales dificultan el proceso para la comunidad. Irónicamente, no tumbar el árbol es otro problema pues si no se tumba, se desprende el terreno.
    • Los riesgos se construyen, el riesgo no es únicamente lo que hizo la naturaleza, si nosotros generamos cierto tipo de condiciones las amenazas y riesgos pueden aumentar, y la forma de construcción de algunas viviendas pueden ser poco resistentes para ciertos fenómenos naturales.
    • La armonía entre viviendas y la responsabilidad de cada habitante para con estas es necesaria para garantizar que las personas mismas no se conviertan en la amenaza.
    • Una característica generalizada de las viviendas de la ladera oriental es que las viviendas son construidas en banqueos y llenos, estos generan rupturas en la montaña y peso adicional sobre el terreno.
    • En este sector por encima pasa una línea de alta tensión, esta zona es catalogada como zona de riesgo tecnológico, ya se cayó en su momento una torre de comunicaciones por un atentado.

    • Comentarios sobre Parada 6 – Reboce de tanque:
    • El agua que allí corre por algún lado tendrá que salir.
    • Una posible medida de mitigación podría ser reducir la cantidad de agua que se le destina a las 35 familias de Los Pinos.
    • La tubería de allí es rudimentaria y no permite la regulación constante de agua.
    • También se considera la posible reubicación de los tanques y su adecuación con unos mejores tubos de distribución.

     

    • Comentarios sobre Parada 7 – Punto de monitoreo de la quebrada la Rafita:
    • Ya la gente no está botando tanta basura como se hacía antes, ahora hay quien limpie.
    • Según comentan las personas, allí llega demasiada basura, y requiere limpieza hasta las viviendas que hay abajo del punto de monitoreo.
    • Se cuestiona la gestión de riesgos de asuntos como el dengue, riesgo del cual no se responsabilizan las entidades oficiales de riesgo.

     

    • Comentarios sobre Parada 8 – La cancha:
    • Se considera tierra de nadie, fumadero de marihuana.
    • El equipamiento para niños no puede ser utilizado por su población objetivo, hay alta cantidad de vidrios rotos en el suelo de la cancha, debido al alto consumo de licor en el lugar.
    • En términos de salud pública, la poca disponibilidad de baños públicos y el punto anterior incentivan un uso inadecuado en la zona debido a personas que orinan en la calle.
    • Las ventas ambulantes congestionan las vías de acceso, y dificultarían altamente la sacada de un herido por aquel punto.
    • Las viviendas que ahora mismo están en Los Pinos, originalmente estaban ubicadas en este sector; como medida de mitigación se reubicaron al otro lado del barrio, pero la gente volvió a construir viviendas por la Cancha.

    • Comentarios sobre Parada 9 – El basurero:
    • Proliferación de enfermedades, lo cual en el pasado ha generado jornadas de vacunación y fumigación por parte de la administración municipal, procurando dar respuesta a los brotes de dengue que ya ha habido en el territorio.
    • Debe generarse una conciencia de no arrojar basuras allí libremente, cuando la gestión comunitaria es de todos no se trata de asumir roles de policía porque uno no es papá de nadie, el trabajo en equipo es fundamental, hay que expresarle la importancia del ejercicio cívico del manejo adecuado de basuras a los vecinos, al igual que se debe establecer un diálogo abierto con EPM para mejorar el punto de recolección de basuras, etc.
    • El coordinador del Comité de Medio Ambiente opina que la gente de la comunidad no tiene conciencia, no sacan la basura en el tiempo apropiado.
    • Otra moradora opina que no es solo falta de conciencia, pues ya ha habido jornadas de capacitación, el asunto se traduce también a una falta de respeto por el tejido comunitario y las relaciones vecinales.
    • En ocasiones, a los habitantes del sector les toca recoger la basura de sus vecinos como iniciativa propia.

    • Comentarios sobre Parada 10 – El Pontón:
    • Existen problemas en las relaciones interbarriales del sector, las aguas que vienen desde el Pan de Azúcar pasan por el Pacífico, allí se contaminan más, y sigan su paso por este sector, llevando aguas aún más contaminadas a los sectores de abajo.

    La sesión cerró con la entrega de los refrigerios correspondientes a la jornada.

    Sesión #1 de la EGCR del barrio El Pacífico. Fuente: Propia del proyecto.

    SESIÓN 2 – 7 DE OCTUBRE DE 2018

    Orden del día:

    Para esta jornada se dispone de la realización de los siguientes elementos en su respectivo orden: (1) Encuadre y explicación metodológica. (2) Mapeo de problemáticas territoriales por equipos. (3) Algebra de mapas. (4) Explicación sobre la ecuación y los conceptos de riesgo, amenaza y vulnerabilidad.

    Se hace apertura a partir de reflexiones sobre las formas de adaptabilidad que puede tomar el ser humano frente a la relación con su entorno, tomando como referencia contextos como Japón o Chile. La explicación de la metodología parte de explicar el trabajo de mapeo, a través de la identificación de los riesgos que se trabajó durante la sesión anterior. Estos fueron: (1) Caída de rocas. (2) Falta de control de aguas lluvias. (3) Falta de canoas y bajantes. (4) Falta de acueducto y alcantarillado en el sector Los Pinos. (5) Declaratoria de reserva Nare y por estar fuera del perímetro urbano.

    La importancia de los presentes mapeos radica en la actualidad de la información en relación a los insumos institucionales. También se aborda brevemente la fórmula empleada por la administración municipal para la definición del riesgo y las amenazas.

    1. ENCUADRE Y EXPLICACIÓN METODOLÓGICA DE LA SESIÓN

    De esta fórmula depende cómo se puede bajar el riesgo desde la comunidad, y desde la administración a partir de su voluntad política. La actividad de la jornada dispone de la división del grupo en dos. Cada sub-grupo aborda la construcción de un mapa de manera conjunta.

    Al final del encuadre se genera un intercambio de información en el cual se da cuenta de las interacciones pasadas con la administración municipal en función de la recolección de información sobre vulnerabilidad y riesgo. Algunos participantes narran de las perforaciones que se han realizado en los suelos de la comunidad, o la revisión de las estructuras de las viviendas como bigas, zapatas, etc.

    1. TRABAJO EN EQUIPOS – MAPEOS DE PROBLEMÁTICAS

    Se disponen de dos grupos para trabajar en la JAC. Se cuenta con 28 personas en total, conformando 2 sub-grupos de 14 personas. La dinámica a seguir son dos momentos: (1) Trabajo en equipos (2) Exposiciones por equipos

    • Procedimiento:
    • Marcar las puntas del mapa para que los mapas, capas o shapes sean compatibles.
    • Identificar si todos nos ubicamos en el mapa a partir de las siguientes preguntas: (1) ¿dónde queda el centro? (2) ¿dónde queda la sede? (3) ¿dónde vive usted? (4) Identificar la dirección apropiada del mapa.
    • Hacer el abordaje temático de los riesgos 5 abordados en la sesión pasada y ubicarlos puntualmente en los mapas.
    • Socialización del resultado por parte de cada sub-grupo y elaboración de algebra de mapas.

    Después de los ejercicios de mapeo por ambos grupos, se procedió a delegar un expositor por parte de cada equipo quien compartiese las problemáticas identificadas en los mapas con el resto del grupo. Los comentarios expuestos fueron:

    • GRUPO 1:
    • Lo que vimos primero fue la ubicación y la casa de nosotros en el mapa. Muchos nos equivocamos, no conocemos los techos, algunos conocen la suya porque tiene zinc, poco a poco nos fuimos ubicando contando las casas poco a poco.
    • Cómo está delimitado el barrio. “Si el niño nace feo la partera tiene la culpa”. El barrio coge todas las casas desde el lado derecho de la cancha, alrededor baja, le da la vuelta a las casas, y va por el camino que va hasta los tanques (la plaza). De ahí bajamos y pasamos por la futura iglesia que está llena de escombros, pasamos por la subplaza, llegamos a la casa de John Cartagena y salimos a la calle principal que es desde abajo derecho, de ahí sale, sube y al frente de la casa de Quintana hay un sendero. Ese sendero se va hasta el fondo y pega con la quebrada la Rafita, todas las casas subiendo a mano derecha son del Pacífico, las de la izquierda son del Pacífico. Todo el sector de Los Pinos fue el resultado de la reubicación de las casas que había originalmente en La Cancha.
    • El barrio está dividido en 3 partes, los Pinos, el centro y la Cancha. Los Pinos se distingue por la falta de acueducto. La parte de la cancha es de la quebrada la Rafita hacía allá.

    Nota: La cuestión de las aguas es debatida en tanto las personas que expusieron el problema anteriormente no acudieron a la sesión actual, y no hay claridad frente a la naturaleza de la problemática de las aguas lluvia.

    • Problemas con la quebrada, cuando cae demasiada agua hay problemas donde el señor Albeiro y las casas de abajo se inundan cuando el agua es demasiada. No pasa seguido pero no se procura obviar.
    • Las canoas y bajantes son urgentes, la ventaja es que el barrio es escalonado. Se requiere articulación total de las familias en tanto las canoas y bajantes deben cubrir todo el barrio, y una que no cumpla con este criterio obstaculiza el resultado de la gestión en su conjunto. Debe ser una iniciativa de generación de conciencia y fortalecer el tejido comunitario.
    • Las caídas de roca en el sector de La Cancha. Se reitera la transformación de los gaviones debido a los escombros allí arrojados, que escala la problemática de las caídas de roca en tanto los gaviones no logran detener las rocas que caen de la montaña.
    • El problema con las aguas de arriba es que el EDU hizo unas cañuelas, pero al hacer estas no construyeron la finalidad de las cañuelas. Las aguas que llegan al fin de estas se riegan. Es positivo que se recoge un montón de agua, pero negativo en tanto que llegan a cierto punto y luego se despliegan nuevamente.

    En conclusión, el panorama sugiere la necesidad de aclarar ciertos temas como el flujo de las aguas y las dificultades presentadas por el tema de reserva Nare, y la importancia de considerar sistemas de monitoreo.

    • GRUPO 2:

    Se parte de las similitudes con el grupo 1, pero el Pacífico lo delimitan desde el basurero para arriba.

    • La JAC del 13 de noviembre por cierto tiempo comenzaron a incentivar a las personas del Pacífico a votar en sus libros, entonces de cierta manera el Pacífico se encuentra en una lucha constante por definir su territorio, no porque no pertenezcan al Pacífico sino por involucraciones políticas coyunturales.
    • En términos de riesgo se identificaron las aguas escorrentías y se realizaron box coulvert de manera popular. Las rejillas que hay son pocas y fueron ofrecidas por EPM para muchas personas, pero hubo negación por parte de la comunidad en tanto la gestión de residuos en el territorio dificultaba el uso adecuado de estas.
    • Se delimitaron los callejones principales que se ven afectados por el invierno.
    • Se localizó el deslizamiento de rocas en la Cancha. Esa roca a través del tiempo puede ser un problema, está muy alta, y el clima es muy incierto. Altos calores y momentos de bajas temperaturas generan incertidumbre en la comunidad. El Pacífico tiene una virgencita que ayuda al territorio, se rememora una experiencia de como una roca cayó en una llanta y amortiguó su caída.
    • Una de las cosas de la falta de bajantes, es que la caída de aguas afecta constantemente el cemento y los elementos de las viviendas. El sendero se ve desgastado por las aguas que corren por ellos.
    • Hay problemas de basuras identificados.
    • Se identificaron algunas de las viviendas.
    1. ALGEBRA DE MAPAS:

    En ambos ejercicios de mapeo se coincidió en múltiples elementos, aunque también hubo diferencias puntuales como:

    • La marcación de la ruta de la quebrada.
    • El límite del barrio por la parte baja.
    • Elementos diferenciadores de cada análisis como los caminos, las basuras, y otros elementos puntualizados de forma particular por cada sub-grupo.

    Una vez finalizado el algebra de mapas, la sesión prosiguió con explicaciones sobre los conceptos de riesgo, amenaza y vulnerabilidad en función de abordar la ecuación del riesgo.

    1. ECUACIÓN – DIFERENCIACIÓN DE RIESGO Y AMENAZA

    ¿Qué es el riesgo y la vulnerabilidad? ¿Cuál es la diferencia?

    Si uno está entrampado es menos vulnerable. El vulnerable es el que no está entrampado. Usted está en riesgo de que lo pueden matar porque llego alguien y le dijo “lo voy a amenazar”, si usted no está entrampado está vulnerable, y tiene un riesgo.

    ¿Quién tiene más riesgo de mojarse si llueve? ¿El qué está en la calle o los que estamos aquí? El que está en la calle, y también es más vulnerable.

    Se recurre a un ejemplo para explicar el riesgo, la amenaza y la vulnerabilidad desde el cuento de los 3 cerditos. Tenían la misma amenaza en el lobo, tenían vulnerabilidad diferente debido a los materiales de sus viviendas, siendo el de la vivienda de paja o materiales precarios el más vulnerable. Riesgo, amenaza y vulnerabilidad no son lo mismo. Cuando todas se juntan se activan.

    La amenaza es ese fenómeno externo, como puede ser el agua o la lluvia que son fenómenos naturales, o pueden no ser naturales como lo era el lobo para los tres cerditos, y que puede generar un peligro. Si yo tengo una amenaza alta, pero no vivo cerca de ella, mi vulnerabilidad es baja, y mi riesgo entonces es más baja. 

    El fenómeno natural en si mismo no es una amenaza, la relación que el ser humano tiene con ese fenómeno es lo que genera la amenaza, la exposición ante él. En sí, el fenómeno natural no es amenazante, y nos han enseñado que la amenaza es la ladera, el río, la lluvia, nos ponen los fenómenos vivos de la naturaleza como si fueran de por si una amenaza.

    Se ponen en perspectiva diferentes escenarios de vulnerabilidad, por ejemplo, considerando el barrio el Pacífico y el Tesoro en el Poblado. Se identifican dudas en tanto las respuestas son ambiguas, y se busca desligar el asunto de la vulnerabilidad del asunto socioeconómico. Nombradamente, en el Poblado, suele prevalecer la vulnerabilidad de la organización comunitaria.

    En síntesis, el riesgo se da cuando se conjugan la amenaza y la vulnerabilidad. Teniendo en cuenta que la vulnerabilidad puede ser transformada, y asuntos como la pobreza no tienen porque ser estructurantes.

    Sesión #2 de la EGCR del barrio El Pacífico. Fuente: Propia del proyecto.

    SESIÓN 3 – 21 DE OCTUBRE DE 2018

    Relator: Luis Alejandro Rivera

    Orden del día:

    Se parte del encuadre del encuentro anterior: Riesgo, amenaza, más vulnerabilidad. Previo a ello realizamos un mapa en donde se ubicaron las viviendas de cada uno, realizamos un algebra de mapas. Realizamos dos capas de información en donde se marcaron las viviendas, los callejones, aguas escorrentías, los límites del barrio, las zonas de alto riesgo, los riesgos de las piedras, la quebrada, las escorrentías, mitigación de riesgo. Luego pensamos cómo es que los técnicos abordan estos temas que miramos en los mapas.

    1. Retomando la ecuación R=AxV

    Se presenta una imagen de dos personas caminando bajo la lluvia. Una de ellas se cubre con una capucha, la otra con una sombrilla. La amenaza es la lluvia, el riesgo es mojarse, y la mitigación es la sombrilla. En términos de riesgos dentro del barrio se piensa que nos podemos quedar sin casa si me cae una piedra encima, la vulnerabilidad es mayor para las personas de la cancha.

    La propuesta para la jornada es retomar los conceptos de amenaza y vulnerabilidad desde una mirada más masticable, coloquial.

    Se parte de enseñar el mapa de los escenarios de riesgo del Área Metropolitana. Lo que se observa es una menor resolución de imagen dada la escala en comparación del que hemos trabajado en encuentros anteriores, también que el área nororiental está señalada. Se ve una demarcación de que los sectores de abajo se ven más blancos, en tanto enmarcan los límites de las comunas. Toda la Comuna 8 se ve marcada dentro del mapa. Para la alcaldía de Medellín el Pacífico no solo es la Comuna 8, si no que también hace parte del borde urbano rural, el cual está planteado para dos fines: 1. Generar mejoramiento de barrios, mejoramiento integral de barrios, y 2. Mitigar riesgos.

    Lo que se enmarca en la zona amarilla es un sistema de planeación del riesgo que plantea varios tipos de amenaza que se encuentran en el territorio. Todo lo azul tiene riesgo de inundación, todo lo que rojo o amarillo es remoción en masa o deslizamiento. Lo que está verde es riesgo tecnológico y lo otro es aglomeración masiva de público. Eso es lo que vamos a explorar el día de hoy.

    Lo amarillo se proyecta en el borde urbano rural, contemplando la comuna 3 y 8. Se resaltan mucho los colores café, azul, rojo. En relación al Pacífico, el sector de la cancha y el sector central se ven inmersos en riesgo alto de deslizamiento o remoción de masa. El resto del mapa, a pesar de no estar sombreado, guarda riesgo medio.

    • Movimientos en masa:

    Hay diferentes tipos de movimientos en masa, y pueden definirse según el tipo de suelo:

    • Deslizamiento. Se emplea como ejemplo a Altoverde
    • Flujo. Es como hacer una colada, por eso no se puede construir sobre zonas arenosas. Se debaten casos de movimiento de flujo, como la Gabriela, el cual, si bien tuvo evidencias de flujo, también se manifestó como caída de rocas.
    • Caída de rocas. Fenómeno natural, donde la tierra no se desliza, sino que se vuelca, rebota. Sucede en suelos muy rocosos, y sucede cuando el suelo está desnudo (sin arborización)
    • Desgarre superficial. Es el fenómeno más normal de aquí hasta Santo Domingo.

    Se da un debate sobre la firmeza de las rocas del territorio, y como mantienen la tierra unida. Se plantean preguntas como ¿De dónde vienen las piedras que sostienen el barrio? ¿Es posible que se debiliten?

    ¿Estos fenómenos son naturales o humanos? Desde el aspecto natural depende de factores como tipo de roca, el tipo de suelo, la pendiente, el clima y la sismicidad. Entre los factores humanos se destacan las excavaciones, cobertura vegetal, humedad del suelo, sobrecarga del terreno.

    Se plantean inquietudes sobre la relación entre el ser humano y su entorno, y como, por ejemplo, un suelo puede resistir una vivienda de un piso, hasta de dos, pero al tirar el tercer piso es más factible que haya un quiebre en el equilibrio.

    Se ilustra una imagen en la que se dibuja la montaña, y como de ahí se quita tierra para construir una vivienda. Se ilustra como la humedad se va acumulando debido a la intervención humana, y esta acumulación influye sobre el riesgo de un deslizamiento. Se genera un debate sobre la mitigación en este caso con muros de contención y canoas. Esto se proyecta como una forma de reducción de la vulneración, en tanto al focalizar una sola agua, se mitigan las relaciones negativas con la humedad.

    Un aporte señala que una dificultad para adecuar las casas a la mitigación de vulneraciones del factor humano radica en que los vecinos propenden garantizarse usualmente unos 10 o 15 centímetros adicionales en las construcciones de sus viviendas, afectando la construcción de viviendas aledañas, y dificultando la implementación de obras de mitigación del riesgo o reducción de vulnerabilidades.

    Se ilustra un ejemplo donde como es la funcionalidad de un vecindario en donde todas las casas conducen el agua hasta un punto en específico, a lo cual se da respuesta con convites y Presupuesto Participativo, y se finaliza con la recolección de aguas por parte de EPM. Esos son medidas de reducción dirigidas a evitar los deslizamientos, los flujos, las caídas de rocas, los desgarres superficiales.

    Se toma como ejemplo para continuar la discusión el caso de Hidroituango, partiendo del dato de que los ingenieros de EPM conocían la situación de riesgo de deslizamientos de la región, en tanto sabían que cada 500 años se presentaban grandes deslizamientos allí. Se localiza este ejemplo con las caídas de rocas en El Pacífico, las cuales caen cada 7 años aproximadamente, y ante lo cual, si bien no se puede adoptar una postura determinística sino probabilística, se propende por generar conciencia sobre las formas de habitabilidad. Aquí se introduce el asunto del monitoreo y las labores del SIATA a nivel de ciudad. Se hace un llamado a la labor local, desde la misma comunidad en razón de un monitoreo activo y constante.

    • Inundaciones

    El segundo fenómeno que vimos en el mapa fue el de inundación. Nos ubicamos en La Rafita, y en la mitad del barrio se presenta cierto problema. Localizamos el mapa en la visión local, revisando las curvas de nivel o cotas sobre el nivel del mar. Se denota el escarpe de más de 45 grados que se presenta en la pendiente de la ladera. Se resalta el curso de la quebrada y la extensión del retiro de esta, focalizando la noción de que no se debe construir en esta franja, a pesar de que en el mapa se aprecie que esta mancha está completamente llena de viviendas.

    Al revisar la situación, se hace un llamado de atención de la misma comunidad así misma, en tanto las construcciones han obstruido las obras de mitigación del riesgo, nombradamente la cercanía entre casas, y la construcción de estas sobre box Colbert.

    Pasamos a la revisión de los tipos de inundación. Hay tres tipos de inundación.

    • Avenida torrencial: Es lo mismo que el flujo, pero en lugar de tierra, se da a partire del agua. Se toma como ejemplo el deslizamiento de Salgar, en donde la cantidad de lluvia ocasionó unos deslizamientos, unos desgarres que cayeron a la quebrada y la taponó, generando la “colada” que se vino con toda la fuerza acumulada de su taponamiento. Posicionando la mirada en el escenario local, se cuestiona que puede ocurrir en el caso de darse un taponamiento del Pontón.
    • Inundación: A diferencia de la avenida, que se da por las pendientes, esta se presenta cuando el territorio es altamente plano. Se utiliza como ejemplo el deprimido de la terminal.
    • Escorrentía: Se toma como referencia el ejemplo de Manrique, en donde se hicieron todas las obras de drenaje y estas no dieron la capacidad, bien por la tierra o basuras acumuladas, o porque el aguacero fue tan fuerte que no tuvo por donde salir. El caso se puntualiza en el Doce de Octubre, en donde la escorrentía fue tan fuerte que se llevaba las motos estacionadas en la calle. Esto se empeoró por la velocidad que ganó el agua debido a la falta de sobresaltos.

    Ante las inundaciones, los factores naturales son la pendiente, el clima, suelo, el caudal medio y máximo. Los factores humanos son la interrupción, la obstrucción, la alteración del cauce, la cobertura vegetal (funciona como una esponja, cuando estas se afectan lo que se hace es quitarle la capacidad al suelo y botarla lentamente), las construcciones y periodos de retorno.

    ¿A alguien le consta cuál fue el caudal de la Rafita hace 100 años? La respuesta de la comunidad es no. La comunidad reflexiona sobre la existencia de la Rafita dentro del territorio, pues en la parte alta está muy marcada, pero en el barrio no tanto. Se puntualiza que la administración municipal por ello habla de drenajes, en lugar de quebradas. Hay drenajes que son permanentes (quebradas) e intermitentes. La Rafita es aquí un drenaje intermitente, y más abajo es permanente. 

    • Amenaza tecnológica.

    Se parte del ejemplo de que el Metro es amenaza tecnológica, en tanto se descarrila un vagón y puede ocasionar alta cantidad de muertes. En el barrio existe la amenaza de los cables de alta tensión. Se cuestiona por qué se construyen los cables de alta tensión por encima de las viviendas, la respuesta es que los cables del barrio son previos a las viviendas, pero en otros territorios se han construido los cables después de las viviendas.

    • Otros fenómenos

    Otros fenómenos que se presentan: Incendio estructural (Moravia), incendio de cobertura vegetal, y afluencia masiva de público (Imaginamos una tirada de rocas en el estadio, o un tiroteo en el centro un 23 de diciembre, o la evacuación a partir de un temblor en la plaza de toros).

    Estos otros fenómenos, la comunidad opina, pueden reproducirse en el barrio, pero con magnitudes diferentes a los ejemplos presentadas. La probabilidad de incendio anterior era mayor en antaño debido a la precariedad de las líneas eléctricas, y ahora no son tantas las casas de madera. Una pregunta que surge a partir de la comunidad es: ¿Dónde están los hidrantes de la comunidad? Este conocimiento no es muy común, hay uno presente en el barrio, y la construcción de otra fue interrumpida.

    A partir de la cantidad de ejemplos, algunos participantes expresaron que toda el área metropolitana se encuentra en alto riesgo. La reflexión que se plantea es que hay países enteros que se encuentran en alto riesgo y si evitaran el riesgo completamente no deberían existir, como Chile, Japón, ciudades como Nueva York, etc. La solución no es huir del riesgo, se plantea el ejemplo del riesgo de pisar el jabón en el baño, resbalarse y golpearse en la cabeza. La solución no es dejar de bañarse, la cuestión reside en como tomar precauciones para reducir la vulnerabilidad y reducir el riesgo.

    Por parte de la comunidad, se cuestionan las capacidades instaladas en el barrio, en tanto no existen protocolos claramente establecidos para evacuar el territorio en caso de emergencia. Por ejemplo, solo una persona presente en el encuentro tiene conocimientos básicos sobre como movilizar una persona en la camilla presente en la Junta de Acción Comunal. Nadie sabe entablillar un brazo roto, o parar una hemorragia. Se plantea una posible estrategia: ¿Qué tal si por cada comité se piensa que haya una persona capacitada para responder a emergencias?

    Se procede al refrigerio y se propone que vamos a identificar los puntos de riesgo en el barrio en los mapas que realizamos durante la segunda sesión. Además de esto, se presenta un vídeo de la erupción del volcán de fuego en Guatemala, el cuál causó más de 1000 muertes, puntualizando la importancia del monitoreo constante. De igual forma se muestra una nota televisiva sobre el último incendio en Moravia, en el cual revisamos las debilidades estructurales que escalaron la magnitud del daño del fuego.

    El último vídeo presentado fue la explosión de una red de gas en México, en donde se evidencia el riesgo tecnológico. La reflexión es que a todas las estructuras se le debe hacer mantenimiento preventivo, porque si no puede ocurrir algo como esta explosión, y tener siempre presente quiénes son los responsables de estos casos. Por ejemplo, ¿Quién responde por Hidroituango? Supuestamente EPM responde por las personas cuyas vidas están en riesgo río abajo.

    En resumen, lo que abordamos durante la presente sesión fue la amenaza.

    1. Vulnerabilidad

    En términos de vulnerabilidad, al final de la sesión se hizo un breve ejercicio introductorio en donde se plantearon los siguientes factores que la determinan:

    1. Fragilidad: Tengo un pocillo, y un niño, de esos niños cansones, cansones. Ese niño representa una amenaza para la losa. El riesgo es dañar la losa, la amenaza es el niño. ¿Cuál es más frágil? ¿El pocillo de losa o el de acero? ¿Cuál es más vulnerable con respecto a qué se caiga?
    2. Exposición: En Colombia hay posibilidad de que haya maremotos. ¿Quién está más expuesto? Las costas. Las casas de la cancha están más expuestas que las de Los Pinos a caídas de rocas, pero las casas de Los Pinos son más frágiles con respecto a su forma constructiva. Se exponen a diferentes riesgos en diferentes niveles.
    3. Capacidad organizativa: Puede ser interna o externa, dependiendo de las redes que se constituyen en el territorio entre personas y organizaciones. Por ejemplo, en el territorio acompañan instituciones como Colegio Mayor, EAFIT, Casa Viva, entre otras.

    Para cerrar la sesión de hace un resumen del encuentro, en donde se miran los tipos de fenómenos (movimientos en masa, inundaciones) y sus respectivos factores naturales y humanos.

    Sesión #3 de la EGCR del barrio El Pacífico. Fuente: Propia del proyecto.

    SESIÓN 4 - 4 DE NOVIEMBRE DE 2018
    1. Recuentro de la sesión anterior:

    Se rememora el abordaje realizado durante la sesión anterior frente a los factores que componen el riesgo: amenaza y vulnerabilidad. Los diferentes fenómenos de amenaza se vieron en la sesión pasada.

    Entre estos se vieron: Movimientos en masa. Se revisaron sus factores naturales y humanos, entre estos el cambio en la cobertura vegetal. ¿Qué se desliza más fácil, un lugar con amplia cobertura vegetal o uno que está pelado? ¿Se mueve más fácil si estamos en invierno o en verano? Revisamos la sobrecarga del terreno, la influencia de las excavaciones y los llenos para montar las casas en el movimiento en masa, etc. Los tipos de movimiento en masa que hay en el barrio son: Por flujos (arena, eso funciona como si fuera una colada), caída de rocas. Aglomeración masiva de público es otra amenaza. Inundación por obstrucción del cauce, el periodo de retorno de los cauces, etc. Riesgo tecnológico con los cables de alta tensión, incendio estructural.

    Faltó por ver la sesión pasada la ecuación de riesgo = amenaza sobre vulnerabilidad. Para ello, durante la presente sesión se llevó a cabo una dinámica grupal alrededor de la vulnerabilidad.

    1. Dinámica de juego sobre vulnerabilidad:

    Se dispuso de 12 personas que quieran jugar. El resto del público fue invitado a observar en silencio.

    Las personas que participaron del juego no debían tener nada en la mano. Los doce participantes se agruparon por parejas. La dinámica se centró en llevar un huevo de un lado a otro. Uno de los huevos estaba en mal estado, pero no se advirtió cuál era.

    Las parejas debían llevar el huevo para entregarlo a otra pareja que los esperada al otro lado del salón. Entre las mismas parejas debían decidir quien llevaría el huevo (posicionando una cuchara en la boca, y en ella cargarían el huevo) porque esta persona siempre debía tener las manos atrás. La otra persona debía velar por ayudarlo a llevar el huevo, pero teniendo una característica particular delegada por la coordinadora de la actividad (Hendys).

    Las particularidades de las parejas que debían ayudar al responsable de llevar el huevo eran:

    • A una se le amarran los zapatos
    • Otra es mareada antes de llevar el huevo
    • Uso de guantes de boxeo.

    Después de establecer las características de las parejas, se dispuso de 10 segundos para llevar el huevo de un lado al otro mientras distintas distracciones dificultan el trayecto (sonidos de maracas, personas soplando en la cara de otros, personas atravesando el salón de un lado al otro, etc.), en el recorrido uno de los huevos se rompe. Solo una de las parejas llegó a entregar el huevo. La otra pareja no alcanzó a llegar.

    Uno de los equipos que no llegó argumentó que fue a causa de que la persona que estaba guiando le estorbaba. La persona que debía llevar el huevo no lo dejo caer, pero para lograr esto prefirió no avanzar. El segundo grupo rompió el huevo debido a las distracciones y a las dificultades de tener los pies amarrados, el detonante de la caída del huevo fue el soplo en la cara de la persona que cargaba el huevo. El tercer equipo logró llevar el huevo debido a la concentración constante de quien lo llevaba. El último grupo también dejo caer una bola de ping pong, y lograron recogerlo a pesar de estar limitados por el uso de un par de guantes de boxeo.

    Los participantes expresaron sentirse vulnerables por los ojos vendados, los zapatos amarrados, las restricciones sobre las manos. Aquí el riesgo era la caída del huevo y de quienes llevaban el huevo, o que no pudiesen llegar juntos. El riesgo mayor era que el huevo que estaba en mal estado se rompiera.

    Los que jugaron: ¿Esta situación la tienen todos los días? La comunidad respondió que sí, por ejemplo, en el caso del barrio, hay vecinos que a veces estorban en lugar de ayudar, por ejemplo, ante algún peligro o cuando debe movilizarse alguien y ven que otras personas se sientan en las escaleras, y al pedirles espacio en ocasiones se asientan más. Narra la comunidad que, cuando se vino el barranco de la Cancha en el 97 y se movilizaron las personas para ver qué estaba pasando, la caída de rocas alarmó a los que acudieron al lugar, causando pánico colectivo, y una aglomeración de personas que terminó tumbando y pisoteando reiteradamente a una adulta mayor que se encontraba presente.

    Se rememora como en el terremoto de Armero parte de las pérdidas humanas se dieron por las aglomeraciones de personas. La gestión del riesgo también se relaciona con la forma en que reaccionamos ante el riesgo. Dentro de la vulnerabilidad hay algo que puede pasar es la exposición. En el juego, el huevo estaba expuesto a ser soplado, al igual que el ping pong, pero la pelota y el huevo no cuentan con la misma fragilidad.

    Eran tres huevos los utilizados en la actividad. Cada uno de ellos con una fragilidad diferente, uno de ellos era cocinado, otro era de confeti, y el otro estaba podrido. Cada uno de ellos corresponde a una situación diferente. En medio de la explicación, se rompe deliberadamente uno de los huevos para ejemplificar la exposición, si se hubiera roto deliberadamente el huevo podrido, las personas que estaban más cerca del huevo estarían más expuestas al mal olor.

    A partir de esta reflexión sobre la exposición, se procedió a explicar los diferentes roles que se desempeñaron en la dinámica, y como había diferentes personajes en esta. Esto se realizó a través del planteamiento general de preguntas, y de la recepción de respuestas y reflexiones por parte de la comunidad.

    • Los que no podían hablar: ¿Quiénes no pueden hablar en una situación de vulnerabilidad? En las situaciones de vulnerabilidad no pueden hablar los bebés, los mudos, los que se afectan por la impresión de una situación fuerte. Aunque podamos hablar, en ocasiones no nos escuchan tampoco. Por parte de los participantes se señaló la dificultad de la comunicación, e indagaron sobre la posibilidad de que pueda surgir de la cultura local, tomando como referencia la cultura japonesa y como responden a los riesgos, al igual que la capacidad que tienen para reconstruir sus ciudades después de un fenómeno natural. Se reflexionó sobre cómo se pueden inculcar valores de comunicación, varios aportes apuntaron a la importancia de tener conocimiento sobre la gestión del riesgo, la importancia de repetir tantas veces como sea necesario las ideas sobre gestión de riesgo para que se fomenten de manera latente en las mentes de los habitantes.
    • Los obstáculos: ¿cuál era el papel de las personas que estaban distrayendo a los participantes con el viento, con el sonido? La comunidad respondió que eran fenómenos, como el viento o el ruido. ¿Qué tal si no es el viento, si no otro que venga y quite el viento, como un proyecto, o alguien que venga a quitar una casa, qué es lo que ocurre ahí? ¿Cuáles son los obstáculos que hacen en una situación de vulnerabilidad que uno se ruede? Lo que puede empeorar esta situación es no estar unidos o capacitados. Según los participantes, un obstáculo muchas veces es la misma comunidad por los problemas que escalan de los problemas de otros, de un problema salen más problemas, hay choques en las propuestas de soluciones, los escenarios de concertación interna, etc.
    • Los apoyos: ¿Quiénes son esos actores que están ahí a pesar de sus diferentes condiciones? ¿Quiénes nos podrían brindar apoyo en un momento así? La cruz roja, el DAGRD (que es como una ayuda, pero no muy buena, tiene dos caras, según señalaron participantes de la actividad) ¿Dentro de la comunidad quiénes pueden colaborar? En ese momento la comunidad debe ser muy calmada poder dar solución a esta clase de situaciones, no ceder ante la desconcentración y tratar de que todo vaya por el mismo camino. ¿Qué una persona no pueda ver, escuchar, caminar, no puede apoyar? Si puede, porque puede tener conocimiento u otras cualidades para fortalecer un escenario de gestión de riesgo.

    Se finaliza este espacio puntualizando que la vulnerabilidad es una situación, no una condición: No somos vulnerables por nacer aquí, no somos vulnerables por ser mujeres o niños. La vulnerabilidad se puede transformar, no somos los más vulnerables por vivir en la ladera, pero aquí tenemos ciertas condiciones que pueden cambiar la vulnerabilidad en comparación a otros territorios, aquí el suelo y el viento son diferentes a otras partes de la ciudad, pero en otros escenarios la organización y el deseo de perseguir los escenarios de formación también es diferente.

    1. TRABAJO EN EQUIPOS

    Para finalizar la jornada, se dispuso dividir a los asistentes en dos grupos para relacionar vulnerabilidad y las amenazas con las capacidades, con la intención de fortalecer el plan de gestión comunitaria de riesgo, a partir del reconocimiento a profundidad sobre cuáles serían las amenazas del barrio y cuáles serían las condiciones de vulnerabilidad y exposición del barrio frente a estas.

    Un grupo trabajó con tres factores de amenaza y el otro grupo con otros 3. A partir de ellos se observó:

    • Vulnerabilidad: Fragilidad y exposición, al igual que actores de apoyo en el barrio. ¿Estamos expuestos ante un sismo? ¿Qué nivel de fragilidad tenemos para responder a un sismo?
    • Capacidad: ¿Qué capacidades hay para dar respuesta a un sismo dentro de un barrio? (No todo se debe ver desde la vulnerabilidad, mirar la situación desde las capacidades nos permite ver qué tenemos fortalecido).

    En uno de los equipos se revisa:

    • Riesgo tecnológico
    • Inundaciones

    En el otro equipo se abordó:

    • Movimientos en masa
    • Aglomeración masiva de público
    • Incendio cobertura vegetal

    En síntesis, las capacidades son más grandes que las vulnerabilidades. La mitad de las capacidades abordadas ya están implementadas.

    Este equipo fue acompañado por Alejandro Ramírez.

    1. Socialización de la actividad grupal

    Lo construido y socializado por uno de los equipos fue:

    En relación al otro equipo, la construcción fue:

    La sesión finaliza con el refrigerio y las reflexiones finales de la presente sesión. Se acordó desarrollar la próxima y última sesión de la escuela el domingo 18 de noviembre.

    SESIÓN 5 – 18 DE NOVIEMBRE DE 2018

    Temas: (1) Encuadre de lo llevado hasta ahora en la Escuela y en particular, la sesión anterior. (2) Reconocimiento de capacidades comunitarias. (3) Socialización avance de proceso con la Universidad Nacional y la Universidad de Edimburgo, en cuento al monitoreo comunitario.  

    La sesión final representó la conjugación de distintos procesos focalizados en un mismo espacio. Diferentes instituciones manifestaron esfuerzos por aunar elementos catalizadores a las capacidades de respuesta de la organización comunitaria del barrio, y en esa medida, la Universidad Nacional, la Universidad de Edimburgo y la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia fungieron como facilitadores de un espacio de educación popular extendido, con miras a dar conclusión a múltiples líneas de actuación que se habían venido desempeñando en el barrio y sus sectores aledaños.

    A partir de la integración de los múltiples procesos en un mismo punto, fue posible consolidar una serie de conclusiones que conjugaron los puntos en común del análisis desempeñado por cada entidad. Los resultados permitieron identificar un inventario general de:

    • Rutas de evacuación
    • Puntos de encuentro
    • Ubicación de representantes de los Comités de la Junta de Acción Comunal
    • Puntos de monitoreo activos
    • Puntos de monitoreo posibles
    • Sitios de buen relacionamiento de vecinos
    • Escenarios de riesgo
    • Capacidades comunitarias
    • Vulnerabilidades barriales

     

    Con todos estos elementos en mano, la metodología se desempeñó en discusiones abiertas, diálogo de experiencias, retroalimentación de los procesos y prospectiva de la planeación comunitaria. A modo de cierre, la Escuela se compromete a generar un espacio de convite para responder ante los escenarios de riesgo más prioritarios encontrados durante el recorrido del proceso.

    Sesión #5 de la EGCR del barrio El Pacífico. Fuente: Propia del proyecto.

    PRINCIPALES HALLAZGOS DE LA ESCUELA EN TORNO A LOS RIESGOS EN EL BARRIO

    La intencionalidad de la Escuela además de aprender los conceptos básicos de la gestión del riesgo, fue que entre los participantes de la comunidad se identificase la situación actual del riesgo, o lo que en la ley se denomina los “escenario del riesgo”. Se requirió de una mirada contextualizada, mirando más allá de los límites urbanos inmediatos o el mapa de la división político administrativa del municipio y posicionando la mirada en la relación comunidad – territorio; y con ello se propendió por fomentar el fortalecimiento de una conciencia comunitaria sobre las medidas de mitigación y que estas se conviertan en insumos cotidianos de trabajo de las familias y la organización comunitaria. Igualmente, la apuesta práctica de la Escuela fue la articulación de los diferentes procesos de la gestión del riesgo que están tomando precedencia dentro del territorio, en tanto se articulen los insumos construidos por los esfuerzos de distintas universidades y organizaciones.

    Otro de los elementos centrales de discusión en el marco de la Escuela de formación fue en relación a la noción de que los riesgos se construyen, el riesgo no es únicamente lo que hizo la naturaleza, si nosotros generamos cierto tipo de condiciones, las amenazas y riesgos pueden aumentar, y la forma de construcción de algunas viviendas pueden ser poco resistentes para ciertos fenómenos naturales. Por ejemplo, la armonía entre viviendas y la responsabilidad de cada habitante para con estas es necesaria para garantizar que las mismas personas no se conviertan en la amenaza, ya que una característica generalizada de las viviendas de la ladera oriental es que las viviendas son construidas en banqueos y llenos, estos generan rupturas en la montaña y peso adicional sobre el terreno.

    La Escuela partió de la ecuación tradicional de Riesgo = Amenaza x vulnerabilidad, pero se le sumo un ingrediente muy importante desde el enfoque de la gestión comunitaria del riesgo, que es considerar el factor “Capacidades”, como clave y detonante para que las amenazas y vulnerabilidades puedan disminuir, y por lo tanto reducir los niveles de riesgo desde la comunidad, quedando la fórmula de la siguiente forma:

    A continuación, se retoman varios elementos desarrollados en las sesiones de la Escuela para ejemplificar y profundizar sobre las conclusiones alcanzadas en el marco del presente proyecto.      

    • DIFERENCIACIÓN DE RIESGO, AMENAZA Y VULNERABILIDAD

    ¿Qué es el riesgo y la vulnerabilidad? ¿Cuál es la diferencia?

    Empezaremos con un ejemplo: Si uno está entrampado es menos vulnerable. El vulnerable es el que no está entrampado. Usted está en riesgo de que lo pueden matar porque llego alguien y le dijo “lo voy a amenazar”, si usted no está entrampado está vulnerable, y tiene un riesgo.

    Otro ejemplo: ¿Quién tiene más riesgo de mojarse si llueve? ¿El qué está en la calle o el que está bajo techo? El que está en la calle, y también es más vulnerable.

    Finalmente se recurre a otro ejemplo para explicar el riesgo, la amenaza y la vulnerabilidad desde el cuento de los 3 cerditos: los cerditos tenían la misma amenaza en el lobo, pero tenían vulnerabilidad diferente debido a los materiales de sus viviendas, siendo el de la vivienda de paja o materiales precarios el más vulnerable, el de tablas un poco menos vulnerable y de la casa de mampostería el menos vulnerable de los tres cerditos.

    Riesgo, amenaza y vulnerabilidad no son lo mismo. La amenaza es ese fenómeno externo, como puede ser el agua o la lluvia que son fenómenos naturales, o pueden no ser naturales como lo era el lobo para los tres cerditos, y que puede generar un peligro. Si yo tengo una amenaza alta, pero no vivo cerca de ella, mi vulnerabilidad es baja, y mi riesgo entonces es más bajo. El fenómeno natural en sí mismo no es una amenaza, la relación que el ser humano tiene con ese fenómeno es lo que genera la amenaza, la exposición ante él. En sí, el fenómeno natural no es amenazante, y nos han enseñado que la amenaza es la ladera, el río, la lluvia, nos ponen los fenómenos vivos de la naturaleza como si fueran de por si una amenaza.

    Se ponen en perspectiva diferentes escenarios de vulnerabilidad, por ejemplo, considerando el barrio El Pacífico y el Tesoro en el Poblado. Se identifican dudas en tanto las respuestas son ambiguas, y se busca desligar el asunto de la vulnerabilidad del asunto socioeconómico. Normalmente se puede considerar que El Poblado es menos vulnerable a nivel económico, pero puede ser más vulnerable a nivel social, ya que presentan una debilidad en cuanto la organización comunitaria. En síntesis, el riesgo se da cuando se conjugan la amenaza y la vulnerabilidad. Teniendo en cuenta que la vulnerabilidad puede ser transformada, y asuntos como la pobreza no tienen por qué ser estructurantes.

    • AMENAZAS

    Para el análisis de los escenarios de amenaza, se retomaron los seis fenómenos amenazantes que plantea el Plan Municipal de Gestión de Riesgo de Desastres (PMRGD) que estuvo coordinado por el DAGRD, y se trataron de explicar en términos de su lectura de aplicación a la escala barrial de El Pacífico y su entorno inmediato. Igualmente se debe tener en cuenta que la amenaza de Movimientos en masa es la más recurrente en este territorio, y por lo tanto en la que más se hará énfasis, pero haciendo la claridad de que el concepto coloquial más utilizado en el barrio para este fenómeno es el de deslizamiento de tierra o caída de rocas.

    • MOVIMIENTO EN MASA       

    Se revisaron sus factores naturales y humanos, entre estos el cambio en la cobertura vegetal. ¿Qué se desliza más fácil, un lugar con amplia cobertura vegetal o uno que está pelado? ¿Se mueve más fácil si estamos en invierno o en verano? Además de esto influyen variables como la sobrecarga del terreno, la influencia de las excavaciones y los llenos para montar las casas en el movimiento en masa.

    Hay diferentes tipos de movimientos en masa, y pueden definirse según el tipo de suelo:

    -   Deslizamiento: Se emplearon como ejemplo a Altoverde en El Poblado

    -   Flujo de lodos: Para fines explicativos, se asemeja físicamente con lo que podría ser una colada, por eso no se puede construir sobre zonas arenosas. Se debaten casos de movimiento de flujo, como La Gabriela, el cual, si bien tuvo evidencias de flujo, también se manifestó como caída de rocas.

    -   Caída de rocas: Fenómeno natural, donde la tierra no se desliza, sino que se vuelca, rebota. Sucede en suelos muy rocosos, y sucede cuando el suelo está desnudo (sin arborización)

    -   Desgarre superficial: Es el fenómeno más normal de aquí (El Pacífico) hasta Santo Domingo.

    Se presentaron debates sobre la firmeza de las rocas del territorio, y como mantienen la tierra unida. Se plantean preguntas como: ¿De dónde vienen las piedras que sostienen el barrio?, ¿Es posible que se debiliten?, ¿Estos fenómenos son naturales o humanos? Desde el aspecto natural depende de factores como tipo de roca, el tipo de suelo, la pendiente, el clima y la sismicidad. Entre los factores humanos se destacan las excavaciones, la cobertura vegetal, la humedad del suelo y la sobrecarga del terreno.

    También se plantearon inquietudes sobre la relación entre el ser humano y su entorno, y como, por ejemplo, un suelo puede resistir una vivienda de un piso, hasta de dos, pero al tirar el tercer piso es más factible que haya un quiebre en el equilibrio. Se ilustra una imagen en la que se dibuja la montaña, y como de ahí se quita tierra para construir una vivienda. Se ilustra como la humedad se va acumulando debido a la intervención humana, y esta acumulación influye sobre el riesgo de un deslizamiento. Se genera un debate sobre la mitigación en este caso con muros de contención y canoas. Esto se proyecta como una forma de reducción de la vulneración, en tanto al focalizar una sola agua, se mitigan las relaciones negativas con la humedad.

    Como ejemplo para profundizar esta discusión se retomó el caso de las caídas de rocas en El Pacífico, las cuales caen cada 7 años aproximadamente, y ante lo cual, si bien no se puede adoptar una postura determinística sino probabilística, se propende por generar conciencia sobre las formas de habitabilidad. Aquí se introduce el asunto del monitoreo y las labores del SIATA a nivel de ciudad. Se hace un llamado a la labor local, desde la misma comunidad en razón de un monitoreo activo y constante.

    La Caída de rocas se puede decir que es la gran problemática del barrio El Pacífico, sobre todo en el sector de la Cancha, con 3 ocasiones de derrumbe, en 1999, en el 2012, y en el 2017, en la cual no ha habido muertos ni lesionados y como dice el dicho “salió barato”.

    Se rememoró por parte de la comunidad que se construyeron gaviones y trinchos en el 2016. Pero la última vez, la piedra que cayó se saltó el gavión, se le llamó “piedra viva”. Dairo explica la funcionalidad de los gaviones, elaborando sobre como la piedra logró saltar el gavión, y desde su observación la parte de abajo del gavión está llena de escombros, convirtiendo a esta obra en una suerte de rampa. Aporta otra lideresa que desde los 15 días de la construcción del gavión se arrojan escombros en los estos, señalando el peligro de la caída de rocas sobre su vivienda. Se puntualiza que la mitigación del riesgo requiere de perseverancia en el mantenimiento de las obras mismas, más que en su construcción. Otro de los participantes cuestiona como se puede conocer la calidad de la obra, puntualizando que la obra de los gaviones empezó siendo un muro de contención. Otro aporte señala que los gaviones requieren ser recubiertos. Surge la propuesta de generar un convite para hacer mantenimiento a las obras de mitigación del riesgo.

    En la parte arriba del barrio, a partir de la observación comunitaria, se logró identificar un desgarre y una pendiente altamente inclinada. Desde el 2012 hubo una fuga de agua y se generó en este punto el deslizamiento de piedras que se rememora en aquel año, se alcanzaron a identificar 3 o 4 metros agrietados que habría que soltar y quitar de poco a poco, lo cual se dificulta al no conocer la profundidad de esta tierra. Desde aquí se divisa que el barrio tiene una pendiente muy alta, de más de 45 grados.

    Dentro de las causas de la manifestación de este fenómeno amenazante se encuentra el deficiente manejo de aguas de escorrentía, o de aguas lluvias sin control por el territorio. Se comenta que en la zona del CAI de Altos de la Torre, sobre el camino de la vida, se recogen varias aguas de las cañuelas que hizo el Jardín Circunvalar, en uno de los lados hay una cañuela de 20 metros, y del otro lado unos 80 metros que sirve para encausar el agua, pero con posibilidad de desbordarse. Las obras de mitigación que realizó el Jardín Circunvalar se hicieron en torno al Camino de la Vida, la canalización y el box Colbert solo llega dos metros más allá desde donde termina el Camino. A este punto fácilmente pueden ser 220 metros de cañuelas recogiendo agua en bajada que no llegan a una red de recolección de agua.

    Otra de las causas discutidas en el marco de los procesos de Escuela tiene que ver con las fugas acueducto y alcantarillado y el reboce del tanque de agua comunitario. Las fugas de agua si bien no son diarias, si llegan a durar hasta 24 horas, pero la principal fuga es el reboce del tanque comunitario. El agua que allí corre por algún lado tendrá que salir. Una posible medida de mitigación podría ser reducir la cantidad de agua que se le destina a las 35 familias de Los Pinos. La tubería de allí es rudimentaria y no permite la regulación constante de agua. También se considera la posible reubicación de los tanques y su adecuación con unos mejores tubos de distribución.

    • INUNDACIÓN

    El segundo fenómeno abordado en el marco de la Escuela fue el de inundación. Geoespacialmente partimos de la quebrada La Rafita, y en la mitad del barrio que es donde se presenta cierto problema de aguas. Localizamos el mapa en la visión local, revisando las curvas de nivel o cotas sobre el nivel del mar. Se denota el escarpe de más de 45 grados que se presenta en la pendiente de la ladera. Se resalta el curso de la quebrada y la extensión del retiro de 15 metros a lado y lado en la parte urbana y de 30 metros en la parte rural, focalizando la noción de que no se debe construir en esta franja, a pesar de que en el mapa se aprecie que esta mancha está completamente llena de viviendas. Al revisar la situación, se hace un llamado de atención de la misma comunidad así misma, en tanto las construcciones han obstruido las obras de mitigación del riesgo, nombradamente la cercanía entre casas, y la construcción de estas sobre box Colbert.

    Hay tres tipos de inundación.

    -   Avenida torrencial: Es lo mismo que el flujo, pero en lugar de tierra, se da a partir del agua. Se toma como ejemplo el deslizamiento del municipio de Salgar, en donde la cantidad de lluvia ocasionó unos deslizamientos, unos desgarres que cayeron a la quebrada y la taponó, generando la “colada” que se vino con toda la fuerza acumulada de su taponamiento.

    -   Inundación: A diferencia de la avenida torrencial que se da por las pendientes, ésta se presenta cuando el territorio es altamente plano. Se utiliza como ejemplo el deprimido de la terminal del norte.

    -   Desbordamiento de Escorrentías: Se toma como referencia el ejemplo de Manrique, en donde se hicieron todas las obras de drenaje y estas no dieron la capacidad, bien por la tierra o basuras acumuladas, o porque el aguacero fue tan fuerte que no tuvo por donde salir. El caso se puntualiza en el Doce de Octubre, en donde la escorrentía fue tan fuerte que se llevaba las motos estacionadas en la calle. Esto se empeoró por la velocidad que ganó el agua debido a la falta de sobresaltos.

    Ante las inundaciones, los factores naturales son la pendiente, el clima, el suelo, el caudal medio y máximo. Los factores humanos son la interrupción, la obstrucción, la alteración del cauce, la cobertura vegetal (funciona como una esponja, cuando estas se afectan lo que se hace es quitarle la capacidad al suelo y botarla lentamente), las construcciones y periodos de retorno.

    ¿A alguien le consta cuál fue el caudal de la Rafita hace 100 años? La respuesta de la comunidad es no. La comunidad reflexionó sobre la existencia de quebrada La Rafita dentro del territorio, pues en la parte alta está muy marcada, pero en el barrio no tanto. Se puntualizó que la administración municipal por ello habla de drenajes, en lugar de quebradas. Hay drenajes que son permanentes (quebradas) e intermitentes. La Rafita es aquí un drenaje intermitente, y más abajo es permanente.  Pese a esto, se manifestó que nunca ha habido inundaciones de gran magnitud en el barrio, pero que la gente que está alrededor de la quebrada tiene amenaza de inundación. Hay problemas con la quebrada, cuando cae demasiada agua, por ejemplo, donde el señor Albeiro y las casas de abajo se inundan cuando el agua es demasiada. No pasa seguido, pero no se procura obviar.

    Históricamente, la quebrada no ha causado estragos, pero se exploró por medio de discusiones grupales la potencial problemática de concebir a la quebrada como un elemento negativo del territorio, a pesar de que esta pueda hacer respetar su derecho a su cauce natural. La conclusión alcanzada determinó que el problema no es la quebrada, por el contrario, la presencia de esta mitiga la caída de rocas. Esta problemática se conecta con las aguas escorrentías, el agua que no es capaz de filtrarse, sino que pasa por encima. El agua ya no se infiltra, sino que corre, y ahora que está pavimentado el barrio hay mucha más de esta agua.           

    • OTRAS AMENAZAS

    A continuación, se presentarán las otras amenazas que presenta el PMGRD, pero que no son de gran afectación para el territorio, en términos de magnitud y recurrencia.

    En términos del RIESGO TECNOLÓGICO se nombran tres situaciones: las líneas de alta tensión de energía que pasan por encima del barrio, el sistema eléctrico hogar que puede presentar deficiencias y la red eléctrica barrial, ya que algunos postes están en mal estado.

    Otro elemento tiene que ver con AFLUENCIA MASIVA DE PÚBLICO, que, si bien no es tan común, se puede tener en cuenta, que la concentración en puntos de encuentro como la cancha los domingos y en la sede comunal y la iglesia cristiana cuando hay eventos donde acuden muchas personas.

    Y la última tiene que ver con el RIESGO BIOLÓGICO. A pesar de que esta discusión empezó partiendo del asunto de las heces de perros y gatos que hay por los andenes barriales, se dio un giro argumentativo hacia la convivencia barrial como uno de los generadores de las manifestaciones negativas de salud pública del barrio, desde el manejo inadecuado de basuras hasta la proliferación de contaminación auditiva, conflictos en la movilidad barrial, y el resquebrajamiento del tejido comunitario.

    El excremento de mascotas es una gran problemática social y ambiental en el barrio y en varios espacios la comunidad ha manifestado sus inconformidades al respecto. Y sumado a ello la acumulación de residuos sólidos en el basurero, en la entrada del barrio, lo que produce proliferación de enfermedades, lo cual en el pasado ha generado jornadas de vacunación y fumigación por parte de la administración municipal, procurando dar respuesta a los brotes de dengue que ya ha habido en el territorio. Debe generarse una conciencia de no arrojar basuras allí libremente, cuando la gestión comunitaria es de todos no se trata de asumir roles de policía porque uno no es papá de nadie, el trabajo en equipo es fundamental, hay que expresarle la importancia del ejercicio cívico del manejo adecuado de basuras a los vecinos, al igual que se debe establecer un diálogo abierto con EPM para mejorar el punto de recolección de basuras.

    El coordinador del Comité de Medio Ambiente opinó que la gente de la comunidad no tiene conciencia, no sacan la basura en el tiempo apropiado. Otra moradora opina que no es solo falta de conciencia, pues ya ha habido jornadas de capacitación, el asunto se traduce también a una falta de respeto por el tejido comunitario y las relaciones vecinales. En ocasiones, a los habitantes del sector les toca recoger la basura de sus vecinos como iniciativa propia.

    RIESGO BIOLÓGICO (Actualización realizada en 2020

    La presente sección fue añadida al Plan Comunitaria de Conocimiento y Reducción del Riesgo de Desastres del barrio El Pacífico en el año 2020, al contemplar las consecuencias derivadas de la pandemia de COVID-19 que invitaron a las comunidades, instituciones, organizaciones sociales, y actores académicos a replantear los modelos tradicionales de análisis de riesgo.

    En el marco de las amenazas por riesgo biológico, las pandemias aparecen como un factor central de su manifestación. Si bien estas no suelen ser recurrentes, la experiencia empírica de casos como el COVID-19, al igual que otros patógenos recientes (H1NI, Ébola, SARS, entre otros), invitan a tener consideración por esta clase de escenarios, los cuales irrumpen de manera directa en el desarrollo de la cotidianidad de las comunidades, y, en el peor de los casos, pueden convertirse en un factor de vulnerabilidad agravante para las comunidades, al influir directamente en sus capacidades económicas, de salud, movilización, entre otras. Profundizando sobre la noción de la vulnerabilidad que representa el COVID-19, Luna-Nemecio (2020) sugiere que esta:

    no sólo está dada por la morbimortalidad que el coronavirus SARS-CoV-2 genera, pues también se producen condiciones adversas respecto a la economía, lo espacial y lo sanitario-institucional. Por ejemplo, está lo relacionado con el alto grado de incertidumbre económica en la que se encuentra el proletariado mundial, a raíz de la coyuntura histórico epocal entre la crisis sanitaria por COVID-19 y la crisis económica actual (p. 24)

    Si bien el presente plan se centró en los escenarios de riesgo y amenazas identificadas durante el desarrollo de la Escuela Comunitaria de Gestión del Riesgo de Desastres, se consignan aquí algunas pautas, lineamientos o sugerencias que pueden ser de utilidad en futuros escenarios de agudización de esta clase de riesgos biológicos:

    1. Atender las recomendaciones de entidades públicas de salud, con el fin de identificar poblaciones con mayor vulnerabilidad ante el riesgo biológico en cuestión.
    2. Generar espacios de capacitación sobre la gestión del riesgo biológico para líderes comunitarios, siguiendo los lineamientos de autocuidado y distanciamiento social que dispongan las instituciones públicas de salud.
    3. Implementar medidas que favorezcan el flujo de aire y la señalización de los espacios de uso comunitario como sedes, restaurantes, espacios deportivos o religiosos.
    4. Implementar dentro de la organización comunitaria un Comité de Trabajo enfocado exclusivamente en la respuesta a escenarios de riesgo biológico.
    5. Generar protocolos para casos de contagio dentro del territorio. Estos protocolos, idealmente, deben apuntar al autocuidado, evitando generar situaciones de estigmatización con las familias o individuos que puedan presentar síntomas de contagio.
    6. Activar rutas de apoyo socioeconómico con organizaciones sociales cercanas al proceso organizativo local.
    7. Disponer de fondos de emergencia para la adquisición de mascarillas, guantes, y demás implementos de salubridad.
    8. Formular estrategias para distribuir los implementes de autocuidado en la comunidad de manera equitativa, priorizando población vulnerable ante el riesgo biológico.
    9. Incentivar la reducción de la movilización ciudadana dentro de la comunidad. En caso de que no sea posible por asuntos de subsistencia, incentivar la movilización con medidas de autocuidado (Mascarillas, jabón antibacterial, guantes, y otros implementos de salubridad).
    10. Fortalecer los sistemas de comunicación comunitaria: WhatsApp, correos, y otros medios para informar de manera masiva a la comunidad.
    11. Por último, y quizás lo más importante es lograr que la población que no tiene acceso a los servicios básicos de saneamiento, especialmente de agua potable pueda tenerlo de manera segura. El lavado de manos es fundamental para reducir las posibilidades de contagio. Agua y jabón son los principales medios para la prevención y el control en medio de la pandemia.

    Si bien los puntos anteriores son ideas generales y posibles sugerencias para la respuesta ante el riesgo biológico en contexto de pandemia, la importancia de pensar una estrategia cultural y pedagógica para enfrentar este tipo de situaciones es clave para futuros escenarios de riesgo. La gestión de riesgos, no puede ser una respuesta inmediatista. Debe enmarcarse en una cultura de entendimiento con el territorio habitado.

    No obstante, no es posible materializar la anterior apuesta de manera espontánea. Por el contrario, hace parte de un proceso. La pedagogía de la gestión de riesgos a nivel comunitaria no es nueva, pero existen recursos que efectivamente pueden facilitar este proceso desde una escala local. Para conocer y explorar experiencias que se han enmarcado en este campo, es posible consultar artículos de fácil acceso en internet[1], tales como La práctica pedagógica comunitaria: una experiencia de reconstrucción dialógica y colaborativa desde el contexto de comunidades que viven en la adversidad, escrito por Schilling (2011) Modelo pedagógico participativo para la capacitación comunitaria en gestión del riesgo de desastres, cuyos autores son Vega-Cuza y Guasch-Hechavarría (2013) o La gestión comunitaria del riesgo. Justicia espacial y ambiental, de Rivera-Flórez, Rodríguez-Gaviria, Velásquez-Castañeda, Guzmán-Tenjo y Ramírez-Madrigal (2020).

    Igualmente, tener información actualizada sobre posibles riesgos biológicos es necesario para fortalecer las capacidades necesarias para hacerles frente. En esta medida, fuentes de información públicas y oficiales sobre la actual pandemia de COVID-19, así mismo que referentes de información para futuros escenarios de riesgo de este tipo, son:

    Enlaces de interés sobre el COVID-19:

    Enlaces de interés para situaciones de riesgo biológico a nivel internacional:

     Enlaces de interés para situaciones de riesgo biológico a nivel nacional:

    Enlaces de interés para situaciones de riesgo biológico a nivel regional:

    Enlaces de interés para situaciones de riesgo biológico a nivel local:

     

    Igualmente, otra de las discusiones frente a las amenazas, que si bien no se encuentran contempladas en el PMGRD si fueron conversadas por los participantes, tienen que ver con las RESTRICCIONES DEL POT, en términos de la declaratoria de parte del territorio como Reserva Nare, otra parte de Suelo rural perteneciente al corregimiento Santa Elena, las Zonas en condición de riesgo en el POT otra parte del barrio perteneciente al Área de protección de infraestructura (API) del cerro Pan de Azúcar que impiden la gestión del riesgo para este tipo de territorios. Esta problemática funge como uno de los detonantes o causantes de otros asuntos identificados, tales como la falta de acueducto y alcantarillado, lo cual a su vez profundiza el asunto del control de aguas lluvias y aguas escorrentías.

    • VULNERABILIDADES

    En términos de vulnerabilidad, se plantearon los siguientes factores que la determinan:

    1. Fragilidad: Tengo un pocillo, y un niño, de esos cansones, representa una amenaza para la losa. El riesgo es dañar la losa, la amenaza es el niño. ¿Cuál es más frágil? ¿El pocillo de losa o el de acero? ¿Cuál es más vulnerable con respecto a qué se caiga?
    2. Exposición: ¿Quién está más expuesto en el barrio ante la caída de rocas? Las casas de la cancha están más expuestas que las de Los Pinos, pero las casas de Los Pinos son más frágiles con respecto a su forma constructiva. Se exponen a diferentes riesgos en diferentes niveles.
    3. Capacidad organizativa: Puede ser interna o externa, dependiendo de las redes que se constituyen en el territorio entre personas y organizaciones. Por ejemplo, en el territorio acompañan instituciones como Colegio Mayor, Mesa de vivienda C8, UN, entre otras.

    Narró la comunidad que, cuando se vino el barranco de la Cancha en 1999 y se movilizaron las personas para ver qué estaba pasando, la caída de rocas alarmó a los que acudieron al lugar, causando pánico colectivo, y una aglomeración de personas que terminó tumbando y pisoteando reiteradamente a una adulta mayor que se encontraba presente.

    Se rememora como en el terremoto de Armero parte de las pérdidas humanas se dieron por las aglomeraciones de personas. La gestión del riesgo también se relaciona con la forma en que reaccionamos ante el riesgo. Dentro de la vulnerabilidad hay algo que puede pasar es la exposición.

    Se realizó en el marco de la Escuela una actividad grupal con relación a tres grupos y tres huevos que deberían cuidarse. Cada uno de ellos con una fragilidad diferente, uno de ellos era cocinado, otro era de confeti, y el otro estaba podrido. Cada uno de ellos corresponde a una situación diferente. En medio de la explicación, se rompe deliberadamente uno de los huevos para ejemplificar la exposición, si se hubiera roto deliberadamente el huevo podrido, las personas que estaban más cerca del huevo estarían más expuestas al mal olor. A partir de esta reflexión sobre la exposición, se procedió a explicar los diferentes roles que se desempeñaron en la dinámica, y como había diferentes personajes en esta. Esto se realizó a través del planteamiento general de preguntas, y de la recepción de respuestas y reflexiones por parte de la comunidad.

    - Los que no podían hablar: ¿Quiénes no pueden hablar en una situación de vulnerabilidad? En las situaciones de vulnerabilidad no pueden hablar los bebés, los mudos, los que se afectan por la impresión de una situación fuerte. Aunque podamos hablar, en ocasiones no nos escuchan tampoco. Por parte de los participantes se señaló la dificultad de la comunicación, e indagaron sobre la posibilidad de que pueda surgir de la cultura local, tomando como referencia la cultura japonesa y como responden a los riesgos, al igual que la capacidad que tienen para reconstruir sus ciudades después de un fenómeno natural. Se reflexionó sobre cómo se pueden inculcar valores de comunicación, varios aportes apuntaron a la importancia de tener conocimiento sobre la gestión del riesgo, la importancia de repetir tantas veces como sea necesario las ideas sobre gestión de riesgo para que se fomenten de manera latente en las mentes de los habitantes.

    - Los obstáculos: ¿cuál era el papel de las personas que estaban distrayendo a los participantes con el viento, con el sonido? La comunidad respondió que eran fenómenos, como el viento o el ruido. ¿Qué tal si no es el viento, si no otro que venga y quite el viento, como un proyecto, o alguien que venga a quitar una casa, qué es lo que ocurre ahí? ¿Cuáles son los obstáculos que hacen en una situación de vulnerabilidad que uno se ruede? Lo que puede empeorar esta situación es no estar unidos o capacitados. Según los participantes, un obstáculo muchas veces es la misma comunidad por los problemas que escalan de los problemas de otros, de un problema salen más problemas, hay choques en las propuestas de soluciones, los escenarios de concertación interna, etc.

    - Los apoyos: ¿Quiénes son esos actores que están ahí a pesar de sus diferentes condiciones? ¿Quiénes nos podrían brindar apoyo en un momento así? La Cruz Roja, el DAGRD. ¿Dentro de la comunidad quiénes pueden colaborar?  En ese momento la comunidad debe ser muy calmada poder dar solución a esta clase de situaciones, no ceder ante la desconcentración y tratar de que todo vaya por el mismo camino. ¿Qué una persona no pueda ver, escuchar, caminar, no puede apoyar? Si puede, porque puede tener conocimiento u otras cualidades para fortalecer un escenario de gestión de riesgo.

    Se puntualizó que la vulnerabilidad es una situación, no una condición: No somos vulnerables por nacer aquí, no somos vulnerables por ser mujeres o niños. La vulnerabilidad se puede transformar, no somos los más vulnerables por vivir en la ladera, pero aquí tenemos ciertas condiciones que pueden cambiar la vulnerabilidad en comparación a otros territorios, aquí el suelo y el viento son diferentes a otras partes de la ciudad, pero en otros escenarios la organización y el deseo de perseguir los escenarios de formación también es diferente.

    Dentro de la vulnerabilidad, también se pueden considerar varios factores. El que más se utiliza para hacer el análisis del riesgo, tiene que ver con los factores físicos, o vulnerabilidad física, que por ejemplo está relacionado con lo “estructural de las viviendas”, las vías de comunicación y acceso, y en el caso del barrio con la falta de acueducto y alcantarillado en el sector Los Pinos. Esto se ha dificultado debido a la declaratoria de Reserva Nare, pero se argumenta que hay que plantear mitigaciones de emergencia, debido a complicaciones legales no ha sido posible adelantar este asunto por parte de la comunidad. La cooperación con la población de Los Pinos también dificulta la integración de los esfuerzos comunitarios para dar respuesta a la falta de acueducto y alcantarillado, pues no dan respuesta a sus fugas de agua y puntos de alta humedad. En este sector no hay alcantarillado, y los tubos se interconectan entre las viviendas de tal forma que el tubo de uno pasa por la sala del otro, y de ahí pasa por la cocina de otro más; el estado de estos es muy frágil y se pueden despegar con mucha facilidad, generando situaciones de fugas de agua de vivienda en vivienda.

    Otro factor bastante discutido respecto a la vulnerabilidad física giró en relación a la falta de canoas y bajantes, ya que gran porcentaje del barrio no tiene. Por lo tanto, es prioritario avanzar en un plan de canoas y bajantes como medida de mitigación. A pesar del apoyo del equipo técnico del proyecto, la apuesta de consolidación de plan de canoas y bajantes debe surgir como insumo familiar y comunitario.  Se indaga sobre la posibilidad de pensarse convites para recolectar recursos para la financiación de las canoas y bajantes que podría llegar a costar unos 300.000$ pesos. Se aclara la importancia de este insumo en tanto de gotica en gotica los barrancos van cediendo. Entre la comunidad se relaciona la situación de las canoas y bajantes con otras dificultades sociales, como las aguas que caen de una vivienda a otra y obstaculizan las relaciones vecinales.

    También se consideran otras dos vulnerabilidades, las de carácter político y las socioambientales. En las primeras, se nombró los relacionamientos con instituciones, el acceso a la información y la capacidad y voluntad de gestión de parte de la institucionalidad. Y, en las segundas, están el reconocimiento de los derechos de la quebrada, la relación del barrio con la vegetación de borde y los elementos ecosistémicos y la gestión de los residuos

    • CAPACIDADES

    La comunidad participante de la Escuela reconoce como capacidades, las siguientes:

    • Existe un tejido comunitario, que, aunque aún deba seguir fortaleciéndose, se ha mantenido y actúa ante las necesidades del barrio.
    • Conocimientos de algunos habitantes del barrio en construcción, lo cual aporta a mejorar las viviendas
    • Existe algunas experiencias de monitoreo de fenómenos naturales, lo cual permite incentivar esta práctica.

    De igual manera, se señalaron varias acciones a tener en cuenta para la reducción de los riesgos reconocidos a lo largo de las sesiones de la Escuela, estas son:

    • Las canoas y bajantes son urgentes, la ventaja es que el barrio es escalonado. Se requiere articulación total de las familias en tanto las canoas y bajantes deben cubrir todo el barrio, y una que no cumpla con este criterio obstaculiza el resultado de la gestión en su conjunto. Debe ser una iniciativa de generación de conciencia y fortalecer el tejido comunitario.
    • Las caídas de roca en el sector de La Cancha. Se reitera la transformación de los gaviones debido a los escombros allí arrojados, que escala la problemática de las caídas de roca en tanto los gaviones no logran detener las rocas que caen de la montaña.
    • Es prioritario avanzar en un plan de canoas y bajantes como medida de mitigación.
    • Hay que plantear mitigaciones de emergencia, debido a complicaciones legales no ha sido posible adelantar este asunto por parte de la comunidad.
    • Fortalecer comités de trabajo.
    • Fomentar la realización de más convites, con mayor participación.
    • Adecuar acopio de escombros.
    • Realizar procesos de sensibilización y formación ante los riesgos.
    • Fortalecer los ejercicios de monitoreo constante y convertirlo en práctica habitual de todos los que habitan el territorio.
    • Posibles puntos de encuentro donde los habitantes puedan dirigirse al momento que se presente una emergencia, se destacaron: la sede comunal, espacio de la iglesia, el parquecito del trece de noviembre y como último punto la cancha fosforito

    Por parte de la comunidad, se cuestionan las capacidades instaladas en el barrio, en tanto no existen protocolos claramente establecidos para evacuar el territorio en caso de emergencia. Por ejemplo, solo una persona presente en el encuentro tiene conocimientos básicos sobre como movilizar una persona en la camilla presente en la Junta de Acción Comunal. Nadie sabe entablillar un brazo roto, o parar una hemorragia. Se plantea una posible estrategia: ¿Qué tal si por cada comité se piensa que haya una persona capacitada para responder a emergencias?

    Las capacidades son más grandes que las vulnerabilidades. La mitad de las capacidades abordadas ya están implementadas.

    1. Resultados del proyecto e impacto en la comunidad:
      • Convite

    Los convites son jornadas de trabajo comunitario desarrolladas en el Barrio El Pacífico con frecuencia para resolver problemas o superar situaciones colectivas. La mayoría de las veces se plantean para mejorar las condiciones físicas del barrio, pero también se convierten en el espacio para fortalecer su tejido social pues se comparten otras actividades como la preparación de alimentos o actividades para niños. 

    El día 27 de marzo de 2019 se llevó a cabo un convite comunitario para la implementación de canoas y bajantes en 10 viviendas de la parte alta del barrio, propendiendo por mejorar el flujo del agua lluvia y el manejo general de aguas en el territorio. En esta oportunidad el convite se desarrolló con el apoyo de estudiantes del programa de Construcciones Civiles de la Facultad de Arquitectura e Ingeniería de la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia.

    Con los recursos recolectados se lograron instalar canoas y bajantes a 7 viviendas durante la jornada. Las viviendas restantes fueron intervenidas por la comunidad en jornadas posteriores al convite inicial. Este ejercicio permitió, por una parte, dimensionar de manera empírica los alcances de la práctica del convite, y, por otro lado, incentivar su uso en posteriores escenarios de riesgo.

    Primer encuentro de Escuela Comunitaria

    Primer encuentro de Escuela Comunitaria

    PRODUCTOS DE INVESTIGACIÓN

    El proyecto dejó como resultados múltiples experiencias y productos que abarcan el ámbito social y académico que rodea al barrio El Pacífico, la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia, y las organizaciones e instituciones aliadas de estos.

    Entre estos productos están la realización de un foro de diálogo a nivel de ciudad, en donde se exploraron las nociones técnicas y prácticas de la gestión del riesgo desde voces comunitarias, académicas, e institucionales. Un artículo académico en donde se exploran los principales hallazgos del proyecto, publicado en la revista Bitácora Urbano Territorial de la Universidad Nacional de Colombia, y el Plan Comunitario de Conocimiento y Reducción del Riesgo de Desastres del barrio El Pacífico de la Comuna 8, dividido en dos versiones: Una completa, detallando los aspectos técnicos del plan, y otra resumida, con fines de circulación comunitaria y social.

    FORO: DIALOGO DE SABERES – GESTIÓN DEL RIESGO EN LAS LADERAS DE MEDELLÍN

    Sumado a los esfuerzos desempeñados en la Escuela y el convite, surgió un tercer escenario que permitió desarrollar la discusión sobre la gestión comunitaria del riesgo. Este escenario fue El foro “Diálogo de saberes – Gestión del riesgo en las laderas de Medellín”, llevado a cabo el día 27 de abril de 2019 en el Parque Biblioteca León de Greiff, de manera conjunta entre la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia, la Universidad Nacional, la Mesa de Vivienda de la Comuna 8, la Junta de Acción Comunal del barrio El Pacífico, el Departamento Administrativo de Gestión de Riesgo de Desastres, con múltiples intenciones: Socializar los resultados de la Escuela y sus aportes en la formulación del Plan Barrial de Gestión Comunitaria del Riesgo del barrio El Pacífico, generar un espacio de socialización de la condición del riesgo de movimientos en masa a nivel municipal, y propiciar el diálogo de saberes entre comunidad, academia e institucionalidad.

    Este foro fue un espacio orientado a conocer las lecciones aprendidas por diferentes actores a nivel barrial, comunal y municipal frente al rol del trabajo comunitario en la gestión del riesgo de desastres, al igual que explorar diferentes experiencias investigativas en relación a esta importante temática, como el proyecto de investigación impulsado por la Facultad de Arquitectura e Ingeniería de la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia: Gestión Comunitaria del Riesgo en el Barrio El Pacífico (Comuna 8) de Medellín.

    Las preguntas orientadoras del foro fueron:

    1. ¿Qué utilidad ha tenido el trabajo comunitario en la gestión del riesgo de desastres en el marco en los diferentes barrios del municipio de Medellín?
    2. ¿Cuáles han sido las lecciones más importantes aprendidas frente al rol del trabajo comunitario en la gestión comunitaria de la gestión del riesgo de desastres?
    3. ¿De qué forma sus fortalezas o capacidades desarrolladas a través del trabajo en el ámbito de la gestión comunitaria del riesgo de desastres serán de utilidad para el futuro?

    Este escenario fue el último encuentro de convalidación de información en el marco del proyecto, y permitió realizar la entrega oficial ante la comunidad del barrio El Pacífico del Plan de Gestión Comunitaria de Gestión del Riesgo desarrollado con los insumos recopilados durante la Escuela.

    • Plan Comunitario de Conocimiento y Reducción del Riesgo de Desastres. Barrio El Pacífico

    Este plan, en términos generales, recopiló todos los elementos abordados durante la Escuela y expuestos anteriormente para desarrollar una estrategia de intervención territorial que contemplase tres componentes o acápites principales convalidados a nivel comunitario: (1) Las características físicas y sociales del barrio, las amenazas, los factores de vulnerabilidad de este, y las capacidades comunitarias; (2) Posibles medidas o acciones de reducción del riesgo; (3) un componente programático que facilitase la gestión y planeación de relacionamiento con posibles entidades u organizaciones aliadas.  Así mismo, entre las reflexiones surgidas a partir de la interacción multiactoral, es destacable la existencia del llamado por la integración de los diferentes actores y entidades en función de la gestión del riesgo, al igual que de la convalidación de los elementos endógenos de la construcción social de cada territorio en particular.

    ARTÍCULO ACADÉMICO

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