Entre mayo y noviembre, este grupo se enfrentó cada mes a un desafío evaluado por pares internacionales. Realizaron una propuesta que respondiera a un problema social, ambiental y económico: disminuir la hambruna en el Chocó y La Guajira, a través de la modificación del cultivo de papa.
El objetivo del proyecto era lograr que la papa resistiera el cambio climático, es decir, que soportara elevadas temperaturas y radiación solar. Los investigadores se valieron de los tardígrados, comúnmente conocidos como ositos de agua, seres microscópicos, cuyo genoma contiene una proteína particular que les permite resistir altas temperaturas y radiaciones solares sin modificar su ADN.
“Escaneamos el genoma del osito y extrajimos su código genético para fabricar la proteína de forma sintética, aplicando estudios de biología sintética y biotecnología. Después tomamos una bacteria que se encuentra en la raíz de la papa e introdujimos el gen que produce la proteína sintéticamente, para vehiculizar su entrega a la planta de papa”, explicó el docente José Gregorio Martínez.
La propuesta fue evaluada por renombrados jurados y contó con la mentoría de académicos brasileños, por lo que fue necesario dominar el inglés, como segundo idioma, y enfrentarse a otros retos.
“Desde el inicio, la competencia representó grandes retos para nosotros, por ejemplo, investigar con la temática principal ‘biología sintética’, no muy conocida, trabajar con grupos grandes, la barrera del idioma porque los mentores y organizadores hablaban otros idiomas, y también desarrollar habilidades comunicativas de la ciencia”, expresó el estudiante e integrante del grupo CAOS, Anderson Stiward González.
Es la primera vez que la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia se presenta a concursos internacionales de esta naturaleza y obtiene una posición en el podio, lo que demuestra el compromiso del Colmayor con la ciencia, la innovación y las tecnologías de la revolución 4.0.
Con el puesto obtenido, la institución superó la etapa 1, enfocada en el diseño. Se demostró que esta investigación es funcional desde el punto de vista biológico y técnico, lo que la clasifica para la fase de aplicación el próximo año.