InicioBienestarLíneas y serviciosSala de ArteExposiciones Sala de ArteExposiciones 2025Exposición, De lo Transversal, Dibujos y Grabados

Exposición, De lo Transversal, Dibujos y Grabados - Elkín Usuga

DE LO TRANSVERSAL COMO PROYECTO Y DESTINO

¿Cuándo o en qué momento, comienza a hacerse artista, o cuando o en qué momento conoce el mundo del arte? Nadie lo sabe. Es una intuición o un instinto estético (F. Nietzschte) el que puede llevarle al arte, o que le ha llevado al arte,  desde una sensibilidad que le es dada o que tiene que darse. Y de la misma manera, hacer conciencia de la necesidad de ese mismo artista o no, para el arte, de cómo será su vida y su destino en el arte y como artista. Decide entonces serlo, llamarse así, con las dudas que también tiene el llamarse a sí mismo, artista o que lo llamen así. Duda total que se mueve entre lo que hace, como entre lo que lo hace, es como esa insaciable e irresoluble medida, en que se es artista o no, o se conoce el arte o no, es allí donde, como hemos dicho se mantiene instalado Elkin Úsuga, a quién conoceremos aquí, en esta muestra, que ha llamado: De lo transversal: Dibujos y grabados. 

¿Cómo se es artista transversal? Podríamos decir que Elkin, lo es, en la medida en que está derivado hacia sus mundos, los mismos que él hace desde sus inquietudes sensibles, críticas y transformadoras que lo provocan o se provoca para hacer arte, para tener una visión del arte que sea una inmersión nueva en sus inquietudes, las mismas que evidencia en cada una de sus tareas, que estructura sobre mundos o realidades que le interesan, que son de su yo en esa inmersión catártica que hace. Y que nos hace hacer a quienes observamos lo que hace. Deriva hacia una historia de su arte, no de la que está realizada, sino de la que está realizándose continuamente. 

¿Desde dónde lo hace o lo ha hecho o lo hará? Para ello Elkin, se ha dado, una formación, en el sentido en que buscó de ella, o busca desde ella, realizar una construcción, que le propicie más realidad a su mundo, más concreción estética en esa realidad, la realidad como naturaleza estética, o su “cantidad estética” (G. Simmel), que distribuye a eso que está incrustado en lo que hace como artista en y sobre esa realidad (¿Naturalismo de la realidad o realismo?)

Y que exhibe en cada momento de lo que forma como artista, es la formación en la forma, para evidenciar más realidad de su mundo, las relaciones que hace con ella, los nexos que la sostienen; la observación intensa que lo hace consciente de su destino como artista, en su arte. Y es, lo es en su hacer, en el hacer de esa formación que lo decide, que lo incide y lo interviene, haciéndolo transversal en sí mismo. Tensión transversal, que lo mantiene en el mundo, su mundo del arte, de lo que podríamos llamar de sus “maneras de hacer mundos”, como nos lo dice Nelson Goodman. Y como nos los dice Elkin Úsuga: Considero que un artista (igual que el escritor, el músico, el poeta, etc.) siempre tendrá algo que contar o compartir por medio de su obra, solamente que no todas las veces se alcanza a comunicar lo que se quiere ya que la obra de arte genera a veces en los espectadores una gran cantidad de interpretaciones. Y esto es válido, incluso, enriquece el pensamiento estético con relación a la obra artística. Son muchas cosas las que quiero compartir con las personas que ven mi obra, por momentos son vivencias, en otros casos es lo que me sugiere el acontecer del mundo contemporáneo o, también, mis sentimientos frente a una realidad que me alegra o conmueve. Creo que con un comentario que alguna vez escribí para una de mis exposiciones puedo explicar algo en ese sentido "dibujo lo que veo, lo que escucho, lo que siento y lo que pienso.”

Oscar Jairo González Hernández 
Docente e investigador 
Febrero 2025 

AGUAFUERTE

El aguafuerte es una técnica indirecta de grabado calcográfico. La plancha se recubre con un barniz protector sobre el que dibuja el grabador con una punta metálica, asegurándose que dicha punta toca la superficie del metal sin hacer surco alguno en ella. La punta, en consecuencia, puede ser roma o, en cualquier caso menos afilada que la utilizada en la punta seca. La ventaja de no arañar la plancha es que pueden corregirse fácilmente los errores cubriendo de nuevo las líneas o zonas no deseadas mediante un pincel mojado en barniz. Por el contrario, si el grabador araña el metal, aunque vuelva a tapar la línea con barniz, el pequeño surco abierto por la punta se llenará de tinta durante la estampación y quedará visible el defecto. Una vez realizado el dibujo sobre el barniz, se sumerge la lámina en una cubeta de ácido mordiente rebajado con agua aguafuerte que tiene la capacidad de atacar el metal y disolverlo en aquellas zonas en que se ha hecho desaparecer el barniz. La profundidad de las tallas depende del tiempo de exposición al ácido y de la concentración de éste.

Existen dos procedimientos para crear surcos de diferente profundidad: el primero de ellos consiste en realizar el dibujo completo e ir creando reservas, es decir, tapando progresivamente con barniz las zonas o líneas que han sido suficientemente expuestas a la acción del ácido; el segundo consiste en realizar primero las líneas y zonas que se desea que salgan más oscuras en la estampa, sumergiendo la lámina en el aguafuerte en intervalos a medida que se abren nuevas líneas hasta llegar a las más superficiales. Las líneas del aguafuerte carecen de la precisión de las del buril y punta seca, sus perfiles no son tan regulares porque la mordida del ácido no corta el metal sino que lo desgasta irregularmente. Son líneas nerviosas, entrecortadas y de grosor variable.

La dificultad de esta técnica estriba en el cálculo de la capacidad de corrosión del ácido, teniendo en cuenta que la mordida será más activa cuanto más concentrado esté el aguafuerte, mayor sea su temperatura y menos veces haya sido utilizado. Dependiendo de su poder de corrosión y de la profundidad que se quiera dar a las líneas, el grabador debe calcular el tiempo de exposición de la lámina al ácido. Esta operación es sumamente delicada, pues un cálculo incorrecto de tiempos puede provocar un desgaste excesivo del metal y la destrucción de la matriz. Por otra parte, si el barniz protector no ha sido eliminado correctamente del dibujo, el metal no será atacado por el ácido y quedará sin grabar.

Una vez abiertas la totalidad de las tallas se limpia el barniz sobrante con un paño mojado en alcohol quedando la lámina en condiciones de ser estampada.

Conocida desde el s. XV, en un primer momento la técnica del aguafuerte se empleó como complemento del buril en los grabados en talla dulce. Los contornos de las figuras y los fondos se grababan en aguafuerte, y sobre las líneas abiertas por el ácido el grabador introducía las colecciones de buriladas. Durante mucho tiempo el buril fue considerado como la única técnica noble de grabar y el aguafuerte se supeditó siempre a ella como un procedimiento auxiliar. En los Países Bajos del norte la situación era distinta, alcanzando la técnica del aguafuerte un importante desarrollo durante el s. XVII bajo la estela de Rembrandt. Con la incorporación definitiva de los pintores del resto de Europa a las técnicas de grabado calcográfico, a finales del s. XVIII, acaba el largo dominio del buril. A lo largo de la centuria siguiente el aguafuerte se convierte en la técnica dominante del grabado en metal, así hasta llegar a la actualidad en la que cada vez son más escasas las estampas realizadas a buril mientras que los grabadores calcográficos practican profusamente los procedimientos derivados del aguafuerte.

Javier Blas (dir.), Ascensión Ciruelos y Clemente Barrena, «Diccionario del dibujo y la estampa: vocabulario y tesauro sobre las artes del dibujo, grabado, litografía y serigrafía». Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Calcografía Nacional, Madrid, 1996.

AGUATINTA

El aguatinta es un proceso de grabado en hueco realizado con resina aplicada directamente sobre la plancha. Una vez adherida la resina con calor, se sumerge la plancha en un ácido suave que «muerde» la superficie expuesta –no cubierta por la resina. El artista puede controlar el tono de cada zona expuesta según el tiempo de acción del ácido; cuanto más tiempo esté la plancha sumergida en el ácido, más oscura será la estampación. El método de la aguatinta suele ser utilizado en combinación con las técnicas del grabado al aguafuerte y del grabado a punta seca.

Fuentes: