Festival de Artes y Letras


La Mesa de Cultura Sinergia, conformada por la Institución Universitaria Colegio Mayor de Antioquia, el Instituto Tecnológico Metropolitano y la Institución Universitaria Pascual Bravo, en apoyo con la Agencia de Educación Superior SINERGIA, fortalecen el conocimiento sensible y las capacidades creativas de la comunidad académica y administrativa, que ven en la escritura un medio para representar ideas.

Fotografía:

Jhan Carlos Muñoz Rojas

Jaime Jaramillo Ramírez

Fabio Gallego Torres

Yury García

SEBASTIAN RODRIGUEZ QUINATNA

Jheisy Henao- Floreciendo

Francisco Fernando Gallego Escobar

Pintura:

Juan Camilo Herrera Buriticá

Andrés Felipe Ordoñez Moran

JAIME ALBERTO VILLA LOPERA

Dilan Tilano Estrada

Valeria Berrío Díez

Natali Gutiérrez Ramírez

Ana María Cortés Duque

Ximena Cataño Ramírez

Yury Katherine García Pérez

Melissa Taborda Escobar

Edward Alonso Rueda Diez

Kimberly Xiomara Goez Sauceda

Dibujo y otras técnicas:

Felipe Murillo Guarín

Diego Alejandro Orrego Molina

Ana María Ospina Salazar

VALENTINA CORDOBA RUIZ

Yesenia Pérez Vivas

Ana María Cortés

Daniela Ríos Henao

Juan Sebastian Correa

Francisco Fernando Gallego Escobar

Johan Cediel Rodríguez

Gloria Londoño

Adriana Botero

Natalia Cano Diaz

Alejandra Ruiz

Yury Katherine García Pérez

Eliana Suárez Congolino

Santiago Castro

Luis Carlos Maquillon Jiménez

Gina Garzón

CUENTOS CORTOS:

Ella

Seudónimo: Enrredada

Ella.

Sí, efectivamente ese día estaba muy, pero muy feliz danzando y a su vez gozando de cada gota de arte que cubría mi rostro, mostrando lo colorido, sexy y extravagante que era mi atuendo. Había olvidado por completo que ella estaba ahí, y sobre todo, que ella estaba ahí mirándome.
Cuando me doy cuenta de lo que claramente quería lograr (que ella me observara), pero había olvidado que lo quería lograr…sí, algo loco.
-¿Quién olvida la misión que se propuso? Pues al parecer, yo... Pensé.
Salgo del lugar a tomar aire y encuentro a Mila, mi mejor amiga, me dice que estoy hermosa, sin dudar un segundo lo creo. Mila entra a bailar y yo me quedo ahí fuera, mirando el cielo un tanto nublado y con unas cuántas estrellas. De repente ella, sí ella, mi misión olvidada, estaba sentada a mi lado, traté de que mis nervios no se notarán, empieza a hablarme y surge una grata conversación, y aún mejor cuando surgió ese beso, y el roce de nuestras manos, pues nunca había deseado tanto un beso o a alguien por completo, hasta que la conocí a ella…
-Desperté, por causa de ella, mi amada alarma.

El Color del conocimiento

Seudónimo: Sílfide AL

El Color del conocimiento

En la gran Colombia habitaba una niña llamada Lina con una condición que la convertía en un ser extraño a ojos de la iglesia, ella podía mutar su etnia a su antojo, era una ventaja ya que hablamos del siglo XlX donde el ser humano se categorizaba por razas y valías por tu descendencia, sus padres al ser esclavos lo vieron como un regalo de los dioses y rápidamente le enseñaron como controlar ese don para sacar ventaja de ello y ser una mujer influyente, al pasar los años Lina logro casarse y tener su primer hijo; pero se dio cuenta en el parto que su don no era compartido e hizo pasar él bebe como un aborto, al no poder dar a luz su esposo decidió abandonarla, de tal manera que Lina emprendió su camino por varias provincias aprendiendo de cada pueblo al que visitaba y logrando así llenarse de valentía para trabajar en la causa libertadora, pocos saben pero ella siendo mujer redacto el acta de independencia, fue a cada pueblo para leerla en su idioma y al ser igual a ellos unifico por unos años la división mental que aqueja a este territorio rico en colores.

Colores culturales

Seudónimo: Caroll

Colores culturales

Alguien me dijo que no fuera, que daba miedo, pero yo no hice caso. Después de una semana larga de trabajo, un poco triste, y algo angustiada, decidí caminar un poco. Algo, que usualmente no hago, pero que refresca el alma siempre. Caminé por las empinadas lomas de Medellín, y después de un largo rato, llegué a ese lugar, misterioso, diferente, colorido y oloroso. Veía niños riendo y jugando, de todas las edades, algunos sucios, otros tantos con el uniforme del colegio y uno que otro perfumado. Se escuchaba música de toda clase, desde cumbia hasta rock y habían personas de todas la razas con diversos tipos de atuendos. Seguí caminando por las estrechas calles, me sentía en un laberinto muy particular, ya qué veía las casitas de colores, sentía el ruido de las motos, los gritos, los llantos, los cantos, mientras descifraba como encontrar la salida de nuevo. De repente, alguien toca mi espalda; asustada volteo con el mayor de los miedos, y una mujer alta, con un gran turbante me dice. "Oíste pelada, ¿querés sancocho? Acá en Moravia, si come uno, comen todos".

Los Colores de mi Raza

Seudónimo: Los Colores de mi Raza.

Entre las orillas del sur se esconde un pueblo donde la magia y la realidad se confunden en un solo Canto; nativos son de allí Tomasa y Domicó que en las tardes arreboladas mientras comen papita campesina y frutas tropicales, se dan al pensamiento y a los versos para comprender sus vidas y el mundo que habitan. En una ocasión la mujer preguntó a Domicó con cuál concepto encontraba identidad. DIVERSIDAD respondió sin pensarlo, a lo cual Tomasa afirmó: Esa es tu esencia gran amigo que sobre tus pieles llevas al afro y al palenque, al Indigena y al mestizo. Por tus venas corre la música, el arte y la literatura; es tu sangre tinta que escribe y pinta, que canta y llora; que corre afanada por los ríos de la diferencia.

Cosmogonírica

Seudónimo: Javier Maltiempo


Cosmogonírica

Todo empezó en la inconmensurable noche de la nada cuando los dioses quisieron dormir. En sueños cada dios creó a los hombres y mujeres que conformarían su pueblo. Les dieron su forma, su lenguaje, su música, y sus colores de piel, ojos y cabello. También les regalaron su alma con sus furias y ternuras, sus vicios y virtudes, sus pasiones y temores y su capacidad de soñar.

Como diversos son los dioses, diferentes son los sueños, los pueblos creados en ellos y los hombres y mujeres que los integran. Distintos son también los rituales y plegarias ideados por las criaturas para comunicarse con sus creadores.

Aprovechando la capacidad de la que fueron dotados, los hombres y mujeres, como los dioses creadores, erigen en sus sueños otros dioses, otros pueblos y en ellos inventan otros hombres y mujeres que, a su vez, sueñan y forjan más dioses, más pueblos y más seres humanos, en una secuencia interminable de sueños que se guardan unos en otros, como una colección infinita de cajas chinas.

Ahora nadie (ni teólogos ni científicos ni filósofos ni poetas ni brujos ni santos), ¡nadie!, puede determinar en qué nivel del sueño habitamos ni quien sueña a quien.

La novia

Seudónimo: Juan Pablo Vélez

La novia

Iluminada corría por las calles con su vestido de boda. En las aceras retumbaban sus talones. Digía entonces su deambular hasta encontrar la casa.

Con la zozobra dibujada en su rostro abrió las pesadas puertas de madera; estas sostenidas por inmensas bisagras de hierro que iban acompañadas de una platina forjada que se extendía por los bordes de ambas alas; manteniendo una singular sincronía que hacía juego con las paredes, de las cuales se resaltaban bloques de ladrillo; haciendo del diseño la fachada mas antigua y conservada del lugar. Al cruzarse por el comedor, continuó motivada hacia el gran salón que llevaba en dirección a la habitación matrimonial. Contaba entre pasos cada baldosa y mientras lo hacía pensaba en el arduo trabajo de quien hubiese colocado piezas tan grandes sin milímetro de error. Pero ese no era el momento, sabía que tenía una inequívoca intuición, tanto así que, encontraría sin falla a su futuro esposo con su desnuda figura puesta sobre otra piel. Como si la escena en su cabeza fuera solo el inicio, se abrió paso entre las cortinas moradas que tendían de unos ventanales con vidrios del mismo color; los cuales se encargaban de mantener la apariencia asfixiante del lugar. Entonces, movía con violencia y desesperación cada pedazo de tela hasta encontrarse con la puerta. Deslizó el cerrojo con la armonía que la caracterizaba y de forma muy cuidadosa se introdujo en el cuarto oscuro. Escuchó murmullos al instante, trató de encontrar una vela y en el intento desesperado arrancó el candelabro que colgaba de la pared. Lo sostuvo fuerte y se balanzó contra la cama.
Efectivamente había alguien en su lecho, así que, empezó a golpear fuerte en la cabeza con el objeto que sostenía en la mano. Enceguecida por la rabia y desesperación no paró hasta sentir que le había arrebatado el ultimo aliento de vida. se dejó caer encima y empezó a llorar. Lo abrazó, palpó sus extremidades y notó que estaba atado; sorprendida se levantó y justo en el momento la puerta dio lugar a una luz procedente de afuera, la cuál, iluminó la figura de un hombre que sostenía unas dagas de exposición que adornaban la sala. Su risa fue de tal magnitud que le permitió alejarse sin ser intervenido por la mujer; segundos mas tarde se escucharon pasos largos corriendo hacia ella y una multitud fue testigo del brutal asesinato.

No es cuento chino

Seudónimo: Yurisita

No es cuento chino

Susana Liang González es hija de padre inmigrante chino y madre colombiana. Susana tuvo la oportunidad de celebrar en su hogar la mezcla de dos navidades. Al ingresar al colegio se interesó por las clases de español. Le gustaba narrar sobre la navidad de Medellín con su colorido rio, la navidad China con sus brillantes faroles rojos y linternas de color oro y rojo. Sus compañeros no compartían su cultura, le hacían chanzas a sus historias de navidad, y ninguno entendía porque amaba ambas navidades tan diferentes. Era la “rarita” de la clase.
En el colegio todos esperaban las vacaciones navideñas, pero Susana no quería despedirse sin compartir el chop suey, las lumpias y el pollo agridulce con arepa que cocinaban sus padres. Con este gesto les enseña a sus compañeros que los chinos afloran en solidaridad como la mayoría de los colombianos, los une las tradiciones como las reuniones familiares, los motivos navideños y la celebración del 24 de diciembre con la llegada de Shen Dan Lao Ren (papá Noel chino) y sus regalos.

Infidelidad

Seudónimo: MISAS

Infidelidad

Mi esposa me es infiel, la he visto, siempre la encuentro con alguien diferente, pero yo no le digo nada, sólo lo acepto. Es el colmo, hoy vine del doctor, que otra vez me dijo algo con, múltiple, trastorno, no recuerdo muy bien porque estaba distraído pensando en las infidelidades de mi esposa. En fin, llego a casa y la encuentro ahí, teniendo sexo con otro, pero no hice nada, sólo quería acostarme con ella, hacerle el amor sin importar lo que me hace. La empecé a tocar y me quitó la mano, parece que hoy no me toca.

¿Serán suficientes 200 palabras?

Pseudónimo: Esteban Calle


¿Serán suficientes 200 palabras?

Sí, serán suficientes para comprender que, desde el norte en La Guajira, hasta el sur en la Amazonia y desde el Pacífico hasta la Orinoquia viven, conviven y sobreviven tres grandes grupos étnicos
En el segundo país mas biodiverso del mundo, es inevitable salir a la calle y encontrarse en la esquina con un amigo Afrocolombiano, Indígena o Rom.
Sí, ese afro de pelo crespo, sonrisa radiante y mucho sabor.
Sí, ese indígena que cuida nuestra herencia y nuestro valor.
Sí, esos pocos Gitanos que, para que su cultura siga en pie, luchan con honor.
Es lo que somos, tan diversos culturalmente que 80 culturas indígenas comparten su territorio con nosotros; culturas que hablan hasta 60 dialectos distintos.
Es lo que somos, 50 millones de personas originarias de la mezcla entre africanos, indígenas y españoles.
Somos 50 millones de personas que luchan por un mismo interés, que nunca muera la historia de nuestros verdaderos ancestros; Arawak, Chibcha, Caribe, Embera y Muiscas.

Los consejos y su pelaje

Seudónimo: Cisco


Los consejos y su pelaje

-¿Los conejos blancos creen lo mismo que los conejos pardos?- preguntó la pequeña marmota a su mamá.
-Creo que sí- contestó la madre -Los conejos son conejos.
-Eso no es cierto- interrumpió una coneja vieja que hacía la fila detrás de ellos. - La verdad es que los conejos tenemos muchas creencias pequeña, pero ninguna tiene que ver con el color del pelaje-
-¿Es eso cierto mamá?- preguntó la pequeña emocionada.
-Supongo, tendrás que preguntarle a la señora, ella es la experta.- señaló la madre mientras le sonreía a la señora coneja.
-¿puede contarme más doña coneja?-
-claro que si…- La señora coneja hizo una pausa para tratar de ordenar sus ideas y luego miro a la pequeña marmota y le dijo: -Mira, hay conejos blancos, grises, pardos y negros, también hay pardos con negro, blancos con pardo, negros con gris y hasta hay conejos moteados; algunos conejos son zanahoristas, otros son lechuguistas y algunos son testigos del cilantro…
-¡Igual que nosotros mamá!- interrumpió la niña
-Es verdad hija- dijo la mamá marmota -Los conejos tienen culturas diversas tan complejas como las marmotas.

Un pequeño esplendor de colores

Seudónimo: Nebulosa

Un pequeño esplendor de colores

En el gran cielo azul de un mundo particular se encontraba una nube era un jardín, en la cual habitaban todo tipo de flores las cuales eran alimentadas por un delicado rayo de sol diariamente, cada flor estaba cerrada en sí misma, pero desde afuera se podía observar un brillo que permanecía latente dentro de ellas, cada una se diferenciaba por un color. En un rincón se hallaba una flor la cual carecía aún de color pero que llamaba la atención por su gran esplendor, la nube notando esto decidió prestarle aún más atención dándole más amor, un día llegó la hora de tan anhelado despertar y las flores una por una, suavemente mostraban sus hermosos pétalos llenos de color, la última en despertar fue la flor de aquel rincón ,la que aún no tenía color, pero ese día la flor empezó a abrirse suavemente y en sus pétalos empezaron a aparecer con un potente resplandor muchos colores que brillaban al instante y en su pistilo se rebelaba algo aún más inesperado, eran muchas emociones en forma de burbujas que salían de ella, la nube en celebración decidió bailar al son del despertar.

Elle 

Seudónimo: Nana

Elle 

¡No es; así no soy!, vociferó sin control, a la vez que la humedad en su respiración terminó de empañar el vidrio, distorsionando aún más la silueta que tanta insatisfacción le causaba. El alegato con el objeto inanimado se convirtió en un ritual de todos los días; tradición que cumpliría su quincuagésimo aniversario la semana próxima.
Al principio de la riña, pensó que la culpa era netamente suya; llegando a cambiar cualquier vestigio, de quien fuese tiempo atrás. Sus acciones daban resultados diferentes, en direcciones contrarias por supuesto. Unos días el reflejo tomaba forma de niño, en otras ocasiones una mujer joven; la mayoría del tiempo, la morfología de su alter ego carecía de un adjetivo existente en el diccionario.
Dedujo entonces que la culpa no tenía cabida en su interior, el principal y único responsable de su desdicha eran los espejos. Teoría que no cuajo después de una cuantiosa inversión económica, sin incidencia directa en su problema existencial. En medio de uno de tantos arrebatos destruyó el vidrio… es ahí donde entendió que cada uno de los reflejos conformaban el “yo” que tanto buscó, tal y como lo hacían los fragmentos de vidrio dispersos en su habitación.